El mundo vive saturado de noticias y opiniones en torno al terrorismo, sobre todo a partir de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Esto ha hecho que la palabra terrorismo sea imprecisa y equívoca. El Diccionario de la Real Academia Española la define así: “Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”. El Código Penal de México, a su vez, señala que el delito de terrorismo es cometido por quien, por medio de la violencia, “realice actos en contra de las personas, las cosas o los servicios públicos que produzcan alarma, temor o terror en la población”. El terrorismo, así, puede ser ejercido contra el gobierno o contra la sociedad; las víctimas pueden ser militares o civiles; sus propósitos, en fin, pueden ser políticos o criminales. No importa. En todas las definiciones, el terrorismo es descrito como el uso del terror para conseguir un objetivo.
Un acto de violencia es terrorista cuando está calculado para crear un estado de terror en las mentes de las personas; cuando su propósito es intimidar a la población y al gobierno. Esa es justamente la intención de muchos de los actos del crimen organizado en México. Por eso los difunde, y por eso es importante que haya una respuesta concertada de los medios, para saber cuándo y cómo difundirlos. No la hay todavía en México, donde la violencia es hoy un espectáculo, incluso entre los medios más serios, un espectáculo que con frecuencia los convierte en cómplices involuntarios del terror.
El presidente de Estados Unidos anunció este martes, en una entrevista con un antiguo periodista de Fox News, que los cárteles de la droga en México serían designados, por su gobierno Organizaciones Terroristas Extranjeras. Hizo el anuncio tres semanas después de que murieron asesinados y calcinados seis niños y tres mamás de la familia LeBarón. ¿Qué sucede cuando un grupo es designado Organización Terrorista Extranjera por Estados Unidos? Sus bienes son expropiados, sus cuentas son congeladas, sus socios son perseguidos… y sus miembros son combatidos, donde sea que estén. La guerra contra el terrorismo, así concebida, no conoce fronteras: tiene un carácter extraterritorial, pues abre la posibilidad a las misiones de espionaje y de captura. Bajo la justificación de que un grupo es terrorista, Estados Unidos, en “legítima defensa”, podría lanzar una operación militar en México.
Esto es lo que da sentido a las reacciones de ayer. “Cooperación sí, intervencionismo no”, dijo el Presidente de México. “Haremos diplomacia de unidad nacional para defender soberanía”, terció el canciller en Twitter. Son muchos los cárteles de la droga que actúan con la intención de sembrar el terror para conseguir sus fines, no hay duda. Pero su identificación como Organizaciones Terroristas Extranjeras motivada por otros intereses en Washington, tiene consecuencias graves para la soberanía de México. Hay varias preguntas que debemos hacer al respecto, entre ellas estas dos: ¿Cuáles son “los cárteles” que podrían ser designados Organizaciones Terroristas Extranjeras? ¿Y qué tipo de acciones serían contempladas por el gobierno de Estados Unidos? El ex periodista de Fox News hizo esta pregunta durante la entrevista: ¿Ataques de drones en México? “No quiero decir lo que voy a hacer, pero los carteles serán designados”, respondió Trump.
Investigador de la UNAM (Cialc)
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