La respuesta de cajón del gobierno en estos tiempos es la misma que escuchamos tantos años: se matan entre ellos.
Es producto de la frustración con un nivel de violencia que no baja como se quisiera y que, además, vamos viendo la acumulación de eventos, masacres terribles que creo antes nos conmovían más. La maldita normalidad.
Así, los balazos parecen ir ganando a los abrazos. Recorro sin tener que escarbar mucho las últimas semanas:
“La fiscalía general del estado informó que una jornada violenta en Guanajuato dejó un total de 12 personas sin vida, entre éstas dos mujeres; además, anunció el hallazgo de tres bolsas con restos humanos. De acuerdo a los primeros informes, los asesinatos se cometieron el pasado viernes 18 de marzo, pero fue hasta este sábado que las autoridades lograron identificar a las víctimas, originarias de siete municipios…”.
“Un policía y una mujer que lo acompañaba fueron asesinados y calcinados mientras viajaban en un vehículo particular en el municipio de Fresnillo, Zacatecas. De acuerdo con fuentes al interior de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal y con elementos cercanos a la víctima, el hecho ocurrió el sábado a las 10:30 de la noche, cuando el policía y su acompañante circulaban por la comunidad Estación San José, en su día de descanso”.
“De los trabajos de investigación realizados hasta el momento, se logró determinar que aproximadamente a las 15:00 horas abrió sus puertas el palenque ubicado en el rancho El Paraíso, de la colonia Emiliano Zapata, sitio donde presuntamente se encontraban integrantes de una célula delincuencial que opera en la región oriente de Michoacán. En un momento determinado y una vez que había concluido la actividad, hasta las inmediaciones del palenque arribó una camioneta de una empresa de frituras, de la que descendieron varias personas armadas y que vestían ropas de camuflaje; simultáneamente, se utilizó un camión de pasajeros que circulaba al exterior del inmueble para realizar un bloqueo. Una vez que ingresaron al recinto, los hombres accionaron armas de fuego en contra de los asistentes, entre ellos el propietario del recinto, Abiel A., de 59 años, y el hijo de éste, Salvador A., quienes murieron en el lugar, al igual que otras 17 personas”.
Pues sí, se matan entre ellos, los mexicanos.
Carlos Puig
@puigcarlos