Lo he intentado. Más de una vez he utilizado el simulador del INE para la elección del domingo. No está fácil. No. Me corrijo: es una pesadilla.
Lo más sencillo, porque además son quienes andan en los medios y las redes, es la elección de la Suprema Corte de Justicia, esa toma su tiempo pero está más sencillita, aunque se lleva varios, varios minutos, pero es la que menos pesa para arreglar nuestro asunto cotidiano de impunidad y falta de justicia, dado el porcentaje de asuntos que ahí se dirimen.
Luego viene lo del Tribunal de Disciplina, luego la Sala Superior Electoral del Tribunal del Poder Judicial de la Federación, sigámosle: ahora elija usted entre magistradas y magistrados de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (el de antes era Sala Superior, este es regional, concéntrese).
Siéntese un momento, tome un poco de agua, respire. Van magistrados y magistradas de circuito y no, no es cualquier cosa si usted quiere saber quién es buen candidato y para qué, porque al menos en mi casilla encontrará las siguientes especialidades: administrativa, apelación en materias civil y administrativa, especializado en competencia económica, radiodifusión y telecomunicaciones; civil, penal y trabajo. Quiere hacerlo bien, pues ahí en el simulador dé clic en cada uno de los nombres y averigüe quién es quién, de dónde viene, qué hizo. Luego, no se equivoque, porque debe votar por cada especialidad, me ha pasado que se me va el avión —ya llevo casi una hora en esto— y voto dos veces por la misma especialidad. Yo, mal.
El simulador me corrige, pero ¿qué va a pasar sin simulador ese día en la casilla, cuando llegue al conteo? Pues sí, eso que usted se imagina.
Si cree que está cerca de terminar, paciencia: vienen jueces de distrito, parecen pocos, pero aguas, porque también hay especialidades: administrativo, civil, laboral, mercantil y penal. Nada de poner a uno que quiere penal en lo administrativo o en lo laboral, nomás faltaba.
Estoy agotado, la he regado varias veces, pero siento que terminé. El simulador me da mi resumen, pero por supuesto no puedo imprimirlo; no puedo llevar mi acordeón, es cosa de ley, no vaya a ser que alguien me haya sugerido por quién votar, más allá de mi cansancio en las últimas boletas, que ya no puse mucha atención.
Anoto mis números en un papel pequeño que sacaré discretamente si el domingo llego a la casilla. Espero no me cachen.
¿A quién, en verdad, se le ocurrió esto?
