La mayoría morenista en el Congreso mexicano está a punto de aprobar la nueva ley orgánica de la Fiscalía General de la República. Nadie tiene claro por qué se necesita una nueva ley más que porque Alejandro Gertz quiere. De hecho, la ley actual solo tiene dos años y ni siquiera se ha terminado de implementar. Esa ley fue construida de otra manera, con un proceso amplio en donde intervinieron víctimas, académicos, organizaciones de la sociedad civil, el gobierno, el Legislativo, en fin, como debe ser.
¿Por qué otra ley? Pues porque Gertz quiere y quiere ésta. El Colectivo vs. La Impunidemia, que agrupa a varias organizaciones, dijo: “No se puede considerar como válida ni legítima una ley que no fue consultada, cuya emisión no se justificó, que se aprobó escuchando solo a la FGR, excluyendo a las víctimas y a la sociedad en general. Dicha ley tuvo más de 190 reservas en el pleno de la Cámara de Diputados, donde en automático fueron rechazadas por la aplanadora mayoritaria, sin ser discutidas. En resumen, esta ley es autoritaria”.
Pero esos son ciudadanos, no que importen mucho para Morena.
Y en el Congreso… pues órale, a votarle lo que nos manden
Alejandro Encinas es subsecretario de Gobernación, hombre de izquierda de toda la vida, acompañante del Presidente hace años, hoy encargado de escuchar y trabajar con las víctimas y de hacer valer los derechos humanos. Ese Alejandro Encinas escribió: “La reforma en nada suma a reconocer el derecho de las víctimas perpetuando la negación del derecho de acceso a la justicia y la falta de coordinación interinstitucional, con una visión vertical, propia de la Procuraduría General de la República que se pretendía dejar atrás”.
Y más: “La obligación del Estado es proteger, garantizar y respetar los derechos humanos. El dictamen aprobado incumple y malentiende la autonomía constitucional de la FGR, conculcando el derecho a la participación de las víctimas”. Pero Gertz quiere su ley, esa, la que él dijo.
Lorena Villavicencio, diputada de Morena, lo definió bien: los morenistas y sus aliados no son más que una oficialía de partes. Ya nos habían contado cómo la reforma al Poder Judicial la escribió Arturo Zaldívar, ahora la de la FGR, Gertz.
Y en el Congreso… pues órale, a votarle lo que nos manden.
Carlos Puig
@puigcarlos