Como se anticipaba, el vergonzoso espectáculo de hace unas semanas en nuestra frontera sur de agentes de migración y Guardia Nacional golpeando migrantes haitianos ha servido de nada.
Los migrantes se han acumulado ahora en la frontera norte y la crisis de la semana –-cada semana hay una nueva crisis en relación con este asunto— es en Del Río, Texas y Ciudad Acuña, Coahuila.
Miles de migrantes, en su mayoría haitianos, viven bajo un puente en campamentos improvisados a lado del río mientras esperan a ser admitidos o, como ya empezó a suceder, regresados en avión a su país.
La crisis humanitaria ya es materia de cobertura de primeras planas en ambos lados de la frontera y, según cuenta The New York Times el fin de semana, los habitantes de Del Río ya empezaron a protestar en contra del presidente Biden.
La acumulación de esa parte de la frontera sucede, como suele suceder, por rumores de que ahí sería más sencillo el paso y porque algunos de los coyotes y traficantes eligieron, en esta ocasión, ese paso por el Río Bravo. Nada nuevo.
Hoy, la policía local de Del Río está sobrepasada y no hay manera de acomodar a quienes quieren vivir del otro lado. En Ciudad Acuña las cosas se van poniendo peor cada día.
Los migrantes entrevistados por varios medios cuentan historias similares, de Tapachula tomaron camiones organizados por coyotes que los han llevado ahora hasta ese lugar en el que se acumula basura, pañales, y restos de comida. Atrapados y desesperados frente a la falta de una política pública binacional que evite situaciones como éstas.
Para colmo, ayer mismo el gobierno de EU anunció la extensión, por lo menos hasta el 21 de octubre, de los cruces fronterizos terrestres para personal no esencial, lo que sigue haciendo crecer el deterioro de las ciudades en ambos lados de la frontera.
Ayer, el presidente López Obrador insistió en que una posible solución es la exportación de sus programas sociales a Centroamérica, mientras que en EU el Secretario de seguridad interior fue muy claro: “Las fronteras no están abiertas y le pedimos a la gente que no haga esta jornada tan peligrosa… Si vienen a EU ilegalmente serán deportados. La jornada no será exitosa y ponen en riesgo su vida y la de sus familias".
Pura palabrería en medio de una crisis humanitaria cada vez mayor.
@puigcarlos