Política

De “simios”, “putos” y la histeria selectiva

Vivo en un país donde se arma un escándalo si un jugador le dice simio a un rival de raza negra, pero no pasa nada si miles de aficionados le dicen 20 veces puto al portero contrario.

Al capitán Verón, al líder de los Pumas, que seguramente serán campeones este domingo, lo cacharon soltando insultos racistas. Mal por él. Qué se le va a hacer. Peores cosas se dicen en la cancha, pero todo jugador sabe que la clave es que el de enfrente no te denuncie o que nadie afuera se dé cuenta.

Para colmo, parece que Verón es reincidente: ya había sido parte de otra queja por racismo en 2010, contra Felipe Baloy. Y Darwin Quintero, la presunta víctima de Verón, ya había sido también presunta víctima de racismo en 2011 por un jugador de Cruz Azul, Rogelio Chávez.

Hasta ahí algunos hechos.

Esta semana he escuchado a comentaristas deportivos en radio y televisión escandalizados por lo sucedido el domingo. Vestidos en sus ropas blancas, impolutas, desagarrándoselas para descubrir —un poco tarde— que en México hay racismo y discriminación. Lograron encontrar en sus computadores la página de internet del Conapred y se convirtieron en sancionadores morales del “paraguayo” Verón.

Es curioso. Son ellos mismos los que pasan mucho tiempo en las canchas donde se oye el puto tantas veces; donde muchas de las barras, incluida la de mis Pumas, son de una vulgaridad racista, machista, homofóbica, xenófoba; notable. Donde en sus narraciones nos cuentan que es un juego “para hombres”, son los que llenan sus programas con mujeres con atuendo para la discoteca, o sus cámaras buscan mujeres guapas en las tribunas para el comentario “colorido”.

Eso, se han de haber dicho a sí mismos todo este tiempo, es solo folclor. Nuestro ingenio mexicano.

Y seguramente este fin de semana veremos en la final una gran campaña para demostrar lo lindos que somos.

Ayer hablé con la nueva presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, la inteligente Alexandra Haas, quien lo tiene bastante más claro que aquellos:

Me dijo: “la discriminación es estructural en dos sentidos: el primero porque se construye sobre la base de actos cotidianos repetidos e invisibilizados, y el segundo, porque desde esa normalización se han creado normas y políticas y se han fundado relaciones discriminatorias. Todo este andamiaje es el que debemos hacer visible y desconstruir”.

Pues eso.

Twitter: @puigcarlos

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Carlos Puig
  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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