La extorsión es uno de los delitos más extendidos en el país, menos perseguidos por la justicia y que poco a poco va tomando territorios completos, en donde hay una autoridad a la sombra que cobra ese ilegal impuesto, impone precios en productos y actividades que se pueden o no hacer en ciertos lugares.
Pero es mucho más, peor. Un estudio del Observatorio Nacional Ciudadano da cuenta de éste, el más extendido delito en México. Va un resumen: según la Envipe, en 2021 se estima que se cometieron 4 millones 910 mil 206 extorsiones en hogares. Se denunciaron solamente 246 mil 138 casos y solo en 52.4% se inició una carpeta de investigación. En 59.6% de las denuncias que derivaron en carpeta de investigación no pasó nada y 26.3% seguía en trámite.
En 2.8% de los casos se logró poner al delincuente a disposición de un juez o se otorgó el perdón. Apenas en 0.3% de los casos se logró la recuperación de los bienes.
En ninguno de los casos hubo reparación del daño.
La Encuesta Nacional de Victimización de Empresas de 2021 estima que alrededor de 1.2 millones de unidades económicas fueron víctimas de algún delito. El más frecuente fue la extorsión (28.9%). Solamente en Aguascalientes, Hidalgo, Michoacán, Morelos y Querétaro la extorsión no es ni el primer ni el segundo delito más recurrente en las unidades económicas. Las empresas grandes son las menos vulnerables a la extorsión. Ello contrasta con lo que experimentan las micro, pequeñas y medianas empresas, en las cuales este delito fue el más frecuente.
Me dijo Francisco Rivas, director del observatorio: “una empresa global tiene las condiciones y la fuerza para poder enfrentar la delincuencia, pero las pequeñas y medianas empresas no tienen ninguna y la extorsión no solo es pedirles dinero a los pequeños empresarios o a los negocios, sino también es impedirles que produzcan, que distribuyan. O vendan ciertos productos o que compren solo a cierto proveedor los productos, entonces hay una distorsión importante en el mercado que finalmente nos acaba pegando a todos los mexicanos en el bolsillo, porque hace que los productos, y sobre todo los productos de la canasta básica, sean más caros”.
El estudio también señala, con acierto, que no existe una política pensada y seria para combatir el delito, ni siquiera una ley actualizada y que responda a estos tiempos. Reina la impunidad y por lo tanto la extorsión de todo tipo.
Carlos Puig
@puigcarlos