Política

La libertad de expresión y sus retos

  • Miscelánea Política
  • La libertad de expresión y sus retos
  • Carlos Meza Viveros

La libertad de expresión como valor y objetivo, como presente y como futuro, no puede fragmentarse en discursos incoherentes, groseros e incorrectos, orientados por intereses aviesos o perversos, que conviertan su ejercicio "en una especie de Babel a través de la cual puede decirse cualquier cosa sin responsabilidad alguna", degradando el espacio público al insulto, la difamación, la amenaza y la banalidad.

Las palabras se desprenden de la persona que las piensa y las expresa para asumir una existencia independiente, que puede humillar, socavar, destruir. Peor aún si las palabras se escriben o pronuncian sin pensar, como en la mayoría de los casos sucede.

Los medios de comunicación tienen una responsabilidad mayor, al influir de manera determinante en la integración y orientación de la sociedad. Quienes son responsables de los mismos, no pueden ni deben conformarse con el conocimiento vulgar u ordinario de los acontecimientos, no sometido a una rigurosa reflexión crítica, pues por lo general terminarán difundiendo afirmaciones insostenibles, ideas sin significado o simples mentiras. La verdad y la información exigen rigor.

La manifestación de las ideas y sus efectos profundos en la realidad, deben dejar de oscilar entre los excesos y las quimeras, el error y la hipocresía, la ignorancia y el eufemismo, el juicio sumario y la impunidad. De lo contrario, como sociedad dejaremos de percibir y enunciar las cosas de la manera correcta, para que en el intersticio de las palabras o bajo la sombra de los insultos, el saber se construya sólo a partir de expresiones incoherentes, equivocadas o injuriosas, con los consiguientes agravios.

El abuso o uso irresponsable de la libertad de expresión, genera animadversión y corrompe sus fines originales de información, orientación e integración. En medio de la incomunicación y el debate que ello provoca, las sociedades se fracturan entre los que aceptan lo expresado y quienes se niegan a creerlo. Entre quienes son víctimas de las mentiras repetidas mil veces y quienes no encuentran eco a la difusión de sus verdades o críticas. Y en el páramo del cinismo mercante y la inopia expresiva, sólo pueden florecer la indiferencia, el desprecio, el odio y la violencia.

No debe sorprendernos entonces que en la era de las libertades y las comunicaciones, la intolerancia y las ideas radicales se agudicen, con sus nefastas consecuencias para todos, pero principalmente para aquellos grupos señalados o rechazados por quienes se encuentran perdidos en el laberinto del sinsentido.

Sicilia lo ilustra mejor, al citar el libro de los Proverbios: "La vida y la muerte están en poder de la lengua, del uso que de ella haga tal será el fruto".

Y en esta confrontación, suscitada por el caos expresivo, no faltan quienes pretenden constreñir la libertad de los otros, etiquetándolos como nocivos o peligrosos para el orden predominante, como si el comportamiento de los censores no lo fuera por sí y por la consecuente monopolización de los discursos fallidos. La sentencia "conmigo todo, fuera de mí la nada".

Sólo el pensamiento recobrándose a sí mismo y afincándose en la expresión libre, sin desplazamientos perversos ni persecuciones vanas y sin faltar contra la lengua como exigiera Platón, podrá recuperar el papel principal concedido al hombre y fundar una verdad positiva, sin ninguna duda. Y con la verdad, alcanzaremos la auténtica libertad: la del conocimiento. Al final de cuentas, "las cosas no tienen lugar en un espacio distinto al de las palabras que las enuncian hasta darle una existencia activa".

La ideología no pregunta por el fundamento, los límites o la raíz de la representación, recorre sus dominios y aloja todo saber en el campo de la misma, sin salir de éste. Su fin es plegar todo conocimiento a una representación a cuya inmediatez y conveniencia no podemos escapar. En este escenario, los pensamientos tienden a transformarse en juicios, generalmente basados en sensaciones y por ende relativos. La subjetividad domina entonces la expresión, en cuanto dejamos que parta de análisis ideológicos.

Ahora, ¿es posible separar el análisis ideológico del pensamiento crítico?, ¿existe la razón pura?, ¿qué tan objetiva puede ser la expresión libre de cualquier idea?, ¿qué papel juegan las verificaciones empíricas en todo este proceso?, ¿cómo hacemos que este tipo de disertaciones sean menos oscuras y más asequibles para todos?

Textualmente, la Constitución Mexicana, en sus artículos 6º y 7º, garantiza la libre manifestación de las ideas y la inviolabilidad de la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquier materia sin previa censura, sin que puedan ser objeto de inquisición judicial o administrativa, salvo que con su ejercicio se ataque a la moral o los derechos de tercero, se provoque algún delito o perturbe el orden público. La libertad de expresión no tiene más límites entonces, en México y en cualquier otro país democrático, que el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz pública.

¿Qué hacer entonces cuando la posibilidad del disenso, garantizada universalmente por el establecimiento de la libertad de expresión como un derecho humano fundamental, se ve contaminada por el uso perverso o militante de los medios?, ¿Qué hacer cuando los medios ignoran los derechos de terceros y con base en rumores, trascendidos, artificios o maquinaciones mediáticas, insultan o atentan contra el honor, la reputación o la vida privada de cualquier persona, solo por así convenir a sus interés económicos o de militancia?

No es posible que la única solución sea siempre la de judicializar los actos que provengan de bulos y malas leches de quienes se encargan de dañar la imagen de una persona, cercenar su honor al tiempo de envilecer el periodismo.

mezavcm.abogados@gmail.com

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.