Es indiscutible que el sabor de la victoria es incomparable, más aun cuando de una contienda por alcanzar el poder se trata. Hoy, la miseria humana de los otroras partidarios de Blanca Alcalá se muestran tal y como son, y siempre han sido. Buscan culpables, piden cambios en la dirigencia del PRIAN, otros se escaquean, abiertamente y sin pudor alguno confiesan que su candidata no tenía posibilidad alguna para competir con Tony Gali, y tienen el cinismo de expresar: "yo no voté por Blanca". Por otra parte, de la noche a la mañana surgen los parientes políticos y directos de Tony, aunque sea por vía ascendente o descendente colateral en cuarto grado, al fin y al cabo son sus "parientes". Los que nunca tuvieron la honestidad, pese a la secrecía del sufragio, con sus actitudes y muestras de aversión a este gobierno era claro que no apoyaban al ganador, empero, hoy no tienen empacho alguno en hacer leña del árbol caído a la persona de Blanca Alcalá, al tiempo de ufanarse de que Tony (porque así lo llaman), era su candidato, y no solo eso, anduvieron bregando en todos los rincones de la Puebla capital para buscar el voto en su favor. ¡Cuanta inmundicia!
Lo que se escribe se lee, y gracias a ello puedo decir que en su momento advertí que dentro del "equipo" de Blanca Alcalá la mayoría de los colaboradores habían sido sometidos para brindarle su apoyo, no cabe duda que lo que se siembra se cosecha.
El pasado domingo, coincidí con Javier López Zavala, ex candidato al gobierno del estado, quien acudió a emitir su voto al mismo tiempo que yo lo hacía, lo que nos dio oportunidad de charlar un momento lo que a continuación revelo: "...¿Por quién votaste Javier?, por el PRI me respondió...", ante ello, me vi obligado a recordarle que en la contienda por el gobierno del estado siendo presidente del Comité Municipal del PRI el que esto escribe, y la hoy senadora presidenta de Puebla capital, no solo nunca me recibió para tratar temas de campaña, sino que su aversión por Javier era absoluta, y que por nada del mundo apoyaría a este "candidato impuesto" por Mario Marín, debo reconocer que López Zavala por lo que me expresó, contestó con guante blanco a la senadora, y me respondió, "siempre supe que nunca me dio su apoyo como presidenta municipal, y hoy, por lo menos yo le entregaré 10,000 votos". Desconozco si los votos que me aseguraba López Zavala se sumaron a los obtenidos por la candidata, pero en este caso creo que la respuesta del otrora marinista fue cachetada con guante blanco. Consideré importante narrar este acontecimiento porque reitero lo que escribí, si alguien festeja la derrota con absoluta inmundicia son los mismo priistas que colaboraron en su campaña, quienes además se jactan de ello, salvo unos cuantos que sometidos o no, pusieron su grano de arena para tratar de lograr lo que se vislumbraba imposible, el triunfo de la aspirante.
En esta dolorosa resaca de los equiperos del PRIAN nacional ya se anticipa la salida de Don Beltrones, a quien le atribuyen la debacle a nivel nacional, por lo que hace a la dirigencia estatal del PRI, no faltan los mindundis que tardíamente muestran sus "agallas" y piden la cabeza de Estefan Chidiac, al que no tienen empacho en calificar como "cadáver político".
De cualquier manera la contienda terminó, y para fortuna de los poblanos, como lo he venido diciendo, gobernará Tony Gali, de quien cientos de miles de poblanos esperan que integre un gabinete digno, responsable, y sin pago de factura alguna, porque no le debe nada a nadie, y para quienes ya se hacen con un cargo en el próximo gobierno recomiendo más humildad, menos protagonismo, porque en el servicio público no se improvisa ni se obtiene un cargo por la cercanía con quien lo da. El servicio público es una noble tarea que nace de la vocación por servir y trascender el milagro de la política en favor de los gobernados, a quienes todos los que finalmente lleguen van a tener la obligación de servir.
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