Tal parece que el destino no quiere dar tregua a nuestro mundo y desde que comenzamos esta década, nos ha golpeado con una serie de situaciones que de verdad han puesto a prueba la entereza y fortaleza del ser humano.
Definitivamente el Covid19 se lleva la mayor parte de la atención, pero no podemos hacer a un lado otra serie de problemas globales que aquejan a nuestro planeta, como lo es crisis inflacionaria mundial, la terrible escasez de alimentos, el calentamiento global y pa acabarla de amolar, la guerra entre Rusia y Ucrania.
Estos acontecimientos, sumados a la problemática propia de cada país, amenazan con dejar secuelas profundas en la raza humana, por eso es muy necesario que se establezca una estrategia urgente de cooperación internacional, que permita a todos los países establecer líneas de acción para hacerle frente a estos problemas.
La pandemia ha sido una situación que no hemos podido superar aún, pero no por eso podemos dejar de lado otras situaciones.
La inflación descomunal que sufre prácticamente todo el mundo, ocasiona que millones de personas no pueden permitirse el seguir comprando o consumiendo los productos o servicios que acostumbraban, han tenido que modificar su estatus de vida y enfocarse en el consumo indispensable, dejando de lado aspectos como el entretenimiento y la recreación.
Este aumento de precios es causado en gran parte por las interrupciones mundiales en el suministro de combustible, alimentos y otras mercancías y poco a poco va agudizando una situación de crisis, que principalmente preocupa en el rubro alimenticio.
A esto súmele que las altas temperaturas y el cambio climático están acentuando un desabasto de alimento en gran parte del continente Africano y ya empezamos también a ver sus secuelas en algunos países de oriente medio y América latina.
Lamentablemente la guerra entre Rusia y Ucrania ha generado o mas bien acentuado esta crisis. Ucrania es la cuarta mayor exportadora de grano y semillas a nivel mundial, pero el conflicto con Rusia ha ocasionado que sus puertos queden totalmente cerrados a las exportaciones.
Para comprender este problema tenemos que antes de la guerra, Ucrania exportaba 3.5 millones de toneladas de grano mensualmente, cifra que descendió hasta 300,000 toneladas en marzo pasado.
Este tremendo golpe a la exportación ha ocasionado severos problemas en países como Etiopía, Egipto, Nigeria, Yemen, Somalia y un largo etcétera.
Este problema de suministro de granos golpea también las exportaciones de otros países, como India, que han cancelado la exportación de alimentos para asegurar el suministro nacional.
Lamentablemente el tiempo corre y el invierno se acerca, con las bajas temperaturas es muy probable que este año se pierdan 25 millones de toneladas de granos, por el simple hecho de no poderse exportar a causa de una guerra.
El problema es muy complejo, si por laguna razón los canales marítimos se abren y se utilizan barcos de la OTAN para su traslado, surgiría el peligro de una confrontación directa con Rusia y eso comprometería a los países aliados de occidente.
Total, que el mundo no se pone de acuerdo, es verdad que existe una escasez de alimentos, pero es mas escasa aún la cooperación y la confianza internacional.
Esta serie de crisis entrelazadas, requieren del surgimiento de un liderazgo mundial que parece no existir y que urge para que nuestro mundo no se encamine a un problema del cual no pueda salir adelante.
