Estamos a las puertas de presenciar las campañas electorales 2024. Toda campaña en un ejercicio estrategia y de comunicación política. Las campañas son mandados de los candidatos y partidos para dar a conocer su oferta y pedir expresamente el favor del voto. Son maniobras de comunicación creadas construir personajes políticos acordes a las exigencias de la sociedad, para difundir proyectos de gobierno y programas para persuadir a los ciudadanos de votar
La ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe), define la campaña electoral como “el conjunto de actividades llevadas a cabo por los partidos políticos, las coaliciones y los candidatos registrados para la obtención del voto”. Toda campaña busca construir mayorías electorales estables y afianzar la legitimidad social, que es el sustento de todo sistema democrático.
Como todos sabemos, este proceso electoral 2024 en el Estado de México, contempla la renovación de 125 presidencias municipales, la elección de diputados locales y federales, senadores, así como la figura clave, la Presidencia de la República, por lo cual se espera que salgan puedan votar 12 millones de mexiquenses.
Las campañas electorales son instrumentos legitimadores del poder. A todos conviene que el proceso salga bien porque las autoridades electas tendrán no solo mayor legalidad sino sus gobiernos los gozarán de legitimidad social
Hasta hace poco, las campañas se caracterizaban por la falta de especialización y abundaban las improvisaciones de los dirigentes y candidatos políticos. No había estrategia ni mucho menos una organización eficiente. Con preocupación encontré que tampoco se conocía las leyes electorales, así como muchos candidatos a diputados y presidentes municipales se quejaban de estar solos o aislados y con pocos recursos.
Hoy día, en la sociedad de la información, las campañas electorales son verdaderas disputas entre grupos, candidatos, partidos y proyectos políticos alternativos por ocupar los espacios de representación pública. De ritos protocolarios, se han transformado en mecanismos probados para ocupar posiciones de poder.
Las campañas actuales tienen múltiples retos. 1. afrontan extrema polarización que enciende el juego sucio y las vehemencias descalificadoras. 2. Preocupa la amenaza la presencia del crimen organizado y el clima de violencia electoral. 3. Irrupción de dinero espurio que favorece faenas ilícitas. 4. Autoridades electorales debilitadas. Tanto el INE, el Tribunal y muchos Oples están engarzados en conflictos internos que vulneran su autoridad electoral. 5. Intervención indebida de autoridades en el ámbito estatal y municipal.
Es fundamental construir la razón del voto y modelos de comunicación de alta rentabilidad electoral