Política

Coordinación, justicia y construcción de paz

La construcción de la paz no es un eslogan ni un acto de voluntad. Es una política pública compleja que exige instituciones fuertes, cooperación real entre órdenes de gobierno y una visión que supere la lógica punitivista que hundió al país en una espiral de violencia. En este contexto, la llegada de Ernestina Godoy como encargada de despacho de la Fiscalía General de la República no es menor: fortalece un modelo de seguridad que ha dado resultados y que ahora se impulsa con mayor coordinación nacional.

Durante años, México sufrió los estragos de una política de “mano dura” que pretendía combatir la violencia con más violencia. Lo vimos en la llamada guerra contra el narcotráfico: operativos improvisados, enfrentamientos indiscriminados y una impunidad sostenida por la fragmentación institucional. La evidencia es contundente: más homicidios, desapariciones y un Estado debilitado frente al crimen organizado. De ese fracaso se desprende una lección simple: las respuestas fáciles empeoran el problema.

La estrategia impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum parte de un principio distinto: la seguridad se construye desde la atención a causas y desde las capacidades del Estado, no desde la estridencia. Por ello existen programas sociales que alejan a niñas, niños y jóvenes de las redes criminales; por ello se consolidó a la Guardia Nacional como cuerpo de seguridad pública y se fortalecieron los sistemas de inteligencia e investigación que permiten perseguir el delito con eficacia y respeto a los derechos humanos.

A esa visión se suma un elemento decisivo: la coordinación institucional. En su paso por la Fiscalía de la Ciudad de México, Ernestina Godoy demostró que la colaboración efectiva entre la fiscalía y las instituciones de seguridad reduce la impunidad, mejora la investigación y permite desarticular redes criminales. No es una tesis: son resultados medibles en delitos de alto impacto, especialmente homicidios y extorsión.

Ese aprendizaje llega ahora al plano federal. Ocho de cada diez delitos que se cometen en el país son del fuero común. Sin coordinación entre la FGR y las fiscalías estatales, la incidencia delictiva no baja y los generadores de violencia permanecen intocados. Por eso la designación de Godoy envía un mensaje claro: la seguridad se construye con instituciones que dialogan, se articulan y trabajan juntas.

La apuesta es nacional y exige un verdadero ecosistema de colaboración. La coordinación plena permitirá compartir información estratégica, identificar células criminales, mapear estructuras y anticipar patrones delictivos. No se trata solo de reaccionar, sino de adelantarse. Y eso solo es posible cuando las instituciones comparten capacidades y rompen inercias burocráticas que durante años favorecieron a la delincuencia.

De ahí la importancia de que la Fiscalía General de la República se integre plenamente a esta lógica. La desarticulación de redes criminales no ocurre en oficinas aisladas, sino en mesas donde se cruzan datos, se comparten investigaciones y se construyen casos sólidos.

La experiencia de la Ciudad de México es ilustrativa. La coordinación permitió reducir homicidios dolosos y extorsiones, y desarticular bandas que operaban desde hacía años. No fue casualidad, sino el resultado de combinar prevención, inteligencia y proximidad social. Ese modelo —eficaz y replicable— ahora se proyecta a nivel federal con el potencial de generar efectos de largo alcance.

Frente a ello, la derecha insiste en fórmulas fracasadas y nostalgias bélicas que solo incendiaron al país. Mientras tanto, el gobierno de México apuesta por una estrategia que une, no que divide; que construye instituciones, no que improvisa operativos; que recupera la justicia, no que normaliza la violencia como método. La coordinación no es un eslogan: es la diferencia entre un Estado eficaz y un Estado ausente.

México no necesita estridencias ni discursos de miedo, sino instituciones que funcionen, autoridades que cooperen y una estrategia que atienda las causas, investigue con rigor y apueste por la justicia. Ese es el proyecto que está en marcha. Con el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum, la construcción de la paz se consolida. Y el país tiene, por primera vez en mucho tiempo, la oportunidad de edificar un modelo de seguridad eficaz, humano y duradero.

Para seguir construyendo juntas y juntos ese camino, nos vemos el próximo sábado 6 de diciembre en el Zócalo. 


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Arturo Zaldívar
  • Arturo Zaldívar
  • Coordinador General de Política y Gobierno de la Presidencia de México. Ministro en retiro y expresidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
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