El Presidente de Estados Unidos, Donal Trump, no ha desistido un ápice en la construcción del muro en la frontera, y en que el mismo servirá inclusive a nuestro país, porque contendrá la emigración de indeseables de otros pueblos latinoamericanos. Olvidó pensar en que, sin duda, muchos se quedarán aquí para hacer de las suyas. Pero eso no importa. De por sí, estamos invadidos de Maras y de otras calañas.
El muro que, según expertos, costará unos 8 mil millones de dólares, será costeado con el dinero que generan los cárteles mexicanos. Esto quiere decir que permitirá la actividad de los "bad hombres" que se dedican a introducir droga a su país, el más importante consumidor del mundo, antes de iniciar el ataque a los mismos para acabar con ellos. De otra manera no habrá forma de arrancarles un peso.
En una conversación telefónica que los presidentes mexicano y estadounidense sostuvieron el 27 de enero pasado, Trump dijo a Peña Nieto que enviaría tropas de la Unión Americana al nuestro, porque los militares mexicanos no hacían bien su trabajo de combatir al narcotráfico. ¿Pues no que éstos pagarían la fatídica barda? ¿Acaso no es necesario dejarlos trabajar para luego disponer de su dinero en la construcción?
Obviamente, dicha conversación fue desmentida por la cancillería mexicana, que dijo que el reporte era falso y contenía mala intención. Para los mexicanos ocurrió tal y como se publicó, porque aprendieron a pensar mal para acertar.
Por cierto, hace ya algunos años, un general del Ejército (lamento haber olvidado su nombre), dijo que en el combate al narcotráfico, México necesita del concurso de otras naciones. "Solo no puede". Un servidor había propuesto también la importación de cerebros de países que habían tenido el mismo mal, para que aconsejaran y ahorrarnos tiempo en la lucha. El entonces presidente, Felipe Calderón trajo a un colombiano, a quien jamás consultaron.
Muchos paisanos dicen que lo que ofrece Trump será un atropello a nuestra soberanía. ¿Acaso no operan en México, desde tiempo inmemorial, policías de Estados Unidos como la CIA, la DEA y otras? ¿Y por qué nuestros flamantes protestadores no protestan por eso? El narcotraficante Rafael Caro Quintero fue llevado a la cárcel, no por sus delitos con el trasiego de droga, sino por ordenar el asesinato de Enrique Camarena Salazar y su piloto, Alfredo Zavala Avelar, de la Drug Enforcement Administration.
