Este 11 de febrero celebramos el “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia” y se presentaron conferencias y actividades que es deseable trasciendan esta fecha para despertar la conciencia que, en los caminos de la ciencia, se necesita algo fundamental que es la Educación.
Al margen de los avances registrados ante los desafíos en la igualdad de género en las áreas de la ciencia aún persisten temas pendientes.
Según información de la AMIIF, en nuestro país solo el 38% de las mujeres en formación profesional estudian carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas,cabe señalar que la matrícula en la UNAM refleja un 50% de hombre y un 50% de mujeres,pero en las carreras de matemáticas e ingeniería solo se registra un 19% de mujeres estudiantes.
Estos datos se corresponden con los espacios que las mujeres llegan a ocupar cargos tanto en las academias como en la investigación, baste mencionar que la Academia Mexicana de Ciencias reporta para el año 2019 la cantidad de miembros que la componen siendo 2128 hombres y 704 mujeres, aunque cabe mencionar que después de 156 años de haberse fundado esta importante academia la presidió en el 2019 la primera mujer, la Doctora Teresita Corona Vázquez.
Muchas científicas mexicanas han logrado tanto el espacio para expresar su talento, como el reconocimiento a su trabajo entre ellas las Doctoras: Julieta Fierro, Helia Bravo, Esperanza Martínez Romero, Julia Tagüeña, Laura Adriana Oropeza por mencionar algunas de ellas que tanto han contribuido a la ciencia en el país como investigadoras y abriendo espacios a las nuevas generaciones de mujeres en el área del conocimiento que ellas manejan. Como es natural el camino a la ciencia empieza con el acceso a la educación desde la infancia, y si durante siglos las niñas tenían como misión cuidar la familia y casa, es difícil que incursionaran en la formación profesional. El Ejemplo lo tenemos en nuestro país donde las primeras profesionistas se presentaron con mucho atraso como fue en el año 1886 Margarita Chorné odontóloga, en 1987 Matilde Montoya médica, en1898 María Sandoval de Zarco abogada, mujeres empeñosas que trascendieron las restricciones de la época, y con apoyo familiar y perseverancia cultivaron su intelecto en la Universidad.
Solo fortaleciendo la educación en las niñas se contará con el necesario sustrato para la creatividad y la ciencia.
