
El bicentenario de las relaciones entre México y Reino Unido es una historia viva de valores y futuro compartido. Desde el nombramiento en octubre de 1823 del primer cónsul británico, Charles O’Gorman, ambas naciones han coincidido en que el dinamismo en sus relaciones económicas y comerciales es clave para su desarrollo.
De acuerdo con cifras oficiales de la Secretaría de Economía, Reino Unido es el décimo sexto socio comercial de México y la octava fuente de inversión extranjera directa en nuestro país. Tan solo en los últimos cinco años, las inversiones de empresas británicas ascendieron a más de 5 mil 100 millones de dólares y han creado cerca de 50 mil empleos en el país.
La presencia británica ha sido fundamental en el crecimiento regional de México. Al respecto, vale la pena señalar que Jalisco, con 574 millones de dólares; Ciudad de México, con 209 millones, y Chihuahua, con 169 millones son las entidades que mayor inversión extranjera directa reciben por parte de Reino Unido.
Recientemente el gobierno británico designó a Susannah Goshko como embajadora en México para continuar con la promoción del desarrollo de ambos países. En semanas posteriores la recibiremos y estamos seguros de que tendrá una gestión muy destacada.
En la colaboración entre México y Reino Unido, mención especial merece el tema educativo. En 1983 se estableció el programa de becas Chevening, nombrado así en referencia a la residencia oficial del ministro de Asuntos Exteriores. Desde entonces, y por más de 40 años, ha contribuido a la formación de más de 2 mil 500 mexicanos y mexicanas.
Hoy, en sintonía con la agenda mundial, se ha privilegiado el intercambio tecnológico y la cooperación en materia de energía y medio ambiente. A través del UK PACT, iniciativa que busca fortalecer la Política Nacional de Cambio Climático en México mediante la cooperación, ambos países han trabajado para aumentar su inversión en sostenibilidad social, económica y ambiental. Destacan los proyectos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y los avances legislativos en 16 estados del país, como Veracruz, Zacatecas, Michoacán y Chiapas.
Sin duda, la Cámara de Comercio Británica, que tengo el honor de presidir, ha jugado un papel esencial en la promoción de proyectos en beneficio de ambas naciones. Hoy tenemos más de 160 miembros afiliados con un objetivo central: fomentar relaciones comerciales sólidas y duraderas.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha puesto un énfasis claro en la importancia de impulsar la transición energética, de ahí que la realización de eventos como el Energy Day haya sido especialmente oportuna. Esta vigésima tercera edición se dedicó, como uno de los temas centrales, a discutir los retos que esta agenda plantea para el sector privado. La conclusión fue que las empresas británicas tienen el interés de seguir invirtiendo en México. Estamos listos para colaborar en los polos de desarrollo regional y en la transición energética de México.
La amistad entre nuestros países es una fuente inagotable de cooperación. El vínculo histórico que hemos formado nos ha llevado a alcanzar importantes logros y nos invita a explorar nuevas formas de seguir creciendo juntos.