Enclavado en el corazón de la Costa Chica, Marquelia es un municipio joven, bullanguero y musical, reflejo de sus raíces afromexicana e indígena, que mira hacia adelante con optimismo por el gran potencial turístico que le dan sus bellezas naturales.
Marquelia tiene una rica narrativa de sí misma, la mayoría de sus historias son de la vida real que engarzadas, bien podrían rivalizar con algún escrito del gran Gabo.
Sobre el origen de su nombre refieren que un terrateniente ometepequense, don Juan Noriega Gijón, tenía una hija llamada Elia y así marcaba su ganado, por lo que los habitantes de otros poblados conocían el lugar como “marca de Elia” que más tarde se transformó en “marcadelia” y “marquelia”.
La segunda versión dice que Marquelia proviene de tres palabras que forman la voz “mar que amarra”. Esto ya que se tenía la creencia de que quien tomaba agua del río se quedaba amarrado a su suelo para siempre. (Historia de Marquelia: nuevo municipio de Guerrero / Casa de la Cultura de Acapulco bit.ly/32D6U8F).
Los marquelianos son arrechos (festivos), cumbieros, chileneros, ¿quién no ha escuchado el Cuararé de la Organización Magalllón, dinastía musical originaria de Huehuetán, que echó sus raíces en Marquelia, donde vive Herminio Magallón, conocido como La Reliquia.
La naturaleza es pródiga con este lugar, conocido como Potzahualco, lugar donde abunda el agua. Flanqueado por los ríos Marquelia y por el extremo opuesto tiene los ríos Quetzala (Cuajinicuilpa) y Río Grande (Santa Cantarina).
Sus playas, ríos y cuerpos lagunares le proveen de una flora y fauna excepcionales. La presencia de sitios de hospedaje bajo el concepto ecoturístico, los santuarios de tortugas y las típicas enramadas con su oferta gastronómica, constituyen el lugar perfecto para vacacionar.
La playa Las Peñitas se distingue por ofrecer un concepto incluyente, con menús en braille, sillones y andaderas para la arena.
La playa La Bocana es quizá la oferta más identificada con sus innumerables enramadas, con su cocina costeña y de mariscos.
Hace falta detonar el crecimiento de este joven municipio. Esto será más que una aspiración en la medida que el gobierno estatal mejore su infraestructura y promoción. Y que el gobierno federal continúe con la ampliación de la carretera nacional.
Hoy por hoy, Marquelia es tierra de oportunidades.
Del anecdotario
¿Con chilate o sin chilate?, decían los grandes hacendados a la peonada para determinar su salario en aquellos días azarosos de la etapa prerrevolucionaria.
Y es que al chilate, bebida originaria de la Costa Chica, elaborada a base de cacao, arroz y piloncillo, y que forma parte de las ricuras gastronómicas excelsas de esta región, se le reconocía desde entonces un gran poder energético.
Por tanto, la jícara de chilate servida a las 12 del día, a pleno sol, hacía rendir más a los campesinos dedicados a las labores del campo.
Se dice que su lugar de origen es Ayutla de los Libres.
En una de sus tantas visitas a Guerrero del hoy presidente López Obrador me confió: “Oye, Ángel, me encanta el chilate, la bebida típica de la costa jocunda y risueña de Guerrero…”. Seguramente le recordaba el pozol, la bebida por excelencia de los tabasqueños.
Hoy nuestro chilate ha tomado un giro inesperado, pues se ha convertido en un producto de exportación por excelencia.
La vida es así.
Ángel Aguirre Rivero*
*Ex Gobernador de Guerrero