Política

Carlos Slim

  • Columna de Ángel Aguirre Rivero
  • Carlos Slim
  • Ángel Aguirre Rivero

(Primera de dos partes)

Carlos Slim Helú es sin duda un personaje de gran trascendencia en el ámbito empresarial nacional, a través de las empresas que son parte del Grupo Carso es generador de miles de empleos, es socio de The New York Times, de empresas de telefonía con presencia fuera del país, armadoras de bicicletas, y de una importante cadena de tiendas.

Quizá no muchos sepan que el nombre de la empresa Carso se compone de dos nombres: Carlos y Soumaya, su finada esposa, lo que habla de su sencillez y sensibilidad humana.

De su filantropía, da cuenta la fundación que creó y que ha impulsado a cientos de profesionistas de excelencia con becas, y que hoy son destacados profesionistas.

Siempre le he guardado una gran admiración y respeto por su carácter y don de gente. Carlos Slim en su trato se ha despojado del gran poder que posee, tres hechos que me tocó compartir con él así me lo confirman.

Siempre que nos visitaba en Acapulco, me permitía enviarle algún platillo guerrerense o acapulqueño como muestra de mi gratitud a la ayuda que siempre mostró con nuestro querido puerto con importantes inversiones que gestioné con él.

En alguna ocasión le hice llegar unos tacos de guisado, conocidos como “tacos maravilla” en el centro de Acapulco.

Al poco rato recibí la llamada del ingeniero para decirme: “Mi querido gobernador, me encuentro con Miguel Alemán, y no sabes cómo hemos disfrutado los tacos que me hiciste llegar, en verdad deliciosos.

En otra ocasión, Carlos me invitó a comer en su oficina después de una larga reunión para revisar los avances del Macrotúnel de Acapulco, por cierto, uno de los más largos y modernos de América Latina. Pasamos a su sala de juntas.

Un pequeño plato con dos chiles verdes, un puñito de sal y dos tostadas al comal en nuestros lugares.

Luego llegó una mesera al estilo de los restaurantes Sanborns, para decirnos cuál era el menú, ni grandes marcas de vino que nunca me ofreció y mucho menos platillos sofisticados propios de la alta burguesía o de los fifís, como los llama Andrés Manuel López Obrador.

El tercer pasaje fue en otra ocasión en que decidimos ir a comer a juntos en algún restaurante cercano a sus oficinas de Polanco. Recuerdo que bajamos hasta el estacionamiento y me preguntó: “¿Nos vamos en tu carro o en el mío?”.

—Déjame presumirte mi carro… —me

expresó.

Subimos a un Mercedes Benz de los años 70, muy bien cuidado, impecable y muy bonito.

Se puso al volante y me llevó a una zona cercana a sus oficinas, donde me confió: “Mira, gobernador, éste es el primer edificio que construí cuando apenas me iniciaba en esto de los negocios”.

Luego hablamos del mar y de sus vivencias inolvidables en Acapulco desde su adolescencia, lo que lo llenaba de gratos recuerdos.

Llegamos al restaurante donde me mostró una fotografía de su boda con su inolvidable y amada esposa Soumaya, a quien Tania Libertad le cantaba en sus últimos días de existencia. Pude percibir en sus ojos el amor que le profesaba a esta mujer que le acompañó durante toda su vida, mucho agradezco a Carlos haberme confiado estos momentos de su vida.

Luego vino la cuenta y le manifesté que me permitiera cubrirla.

—De ninguna manera —me dijo—, yo te invité.

Sacó de su cartera la única tarjeta de crédito que llevaba y la entregó al mesero para proceder al cobro respectivo.

Al cabo de algunos minutos el mesero regresó para decirle: “Con mucha pena quiero decirle, ingeniero Slim, que su tarjeta no pasa.

Yo me ataqué de la risa en mi interior, pensando: “¿Cómo le rechazan la tarjeta al hombre más rico del mundo (porque en ese momento lo era), si bien podría comprar de inmediato este restaurante”.

Con mucha tranquilidad, Carlos preguntó: “¿Por qué no pasa?”.

—Porque no la ha firmado —le contestó quien nos atendía.

Ambos celebramos el incidente gracioso que nos tocó vivir.

Ángel  Aguirre Rivero* 

* Ex Gobernador de Guerrero


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.