Las imágenes se suceden rápidamente. La escena nacional da para eso y más, lo mismo se puede ver al Presidente dar el Grito de Independencia cobijado por su feligresía, que a Xóchitl Gálvez en Dolores Hidalgo para acompañar al gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue.
Que en Morena claman para que le demuelan la casa a la aspirante opositora, quien aprovecha esa campaña en su contra para cambiar la narrativa y meterse a los hogares de personas que le abren sus puertas.
Mientras en el partido de Morena le hacen el vacío a Marcelo Ebrard, quien todavía reclama el desaseo del proceso interno que solo confirmó lo que todo México vio en las bardas: “#EsClaudia”.
Lo mismo se puede ver al Presidente Andrés Manuel López Obrador con el gobernador de Nuevo León, Samuel García, inaugurando un acueducto de la Presa El Cuchillo hacia Monterrey, que no está terminado y aún le faltan seis meses en su construcción. Vaya, el chiste es lanzar el mensaje de que AMLO y García se llevan muy bien y bien podría ser el encargado de Movimiento Ciudadano de quitarle votos a Xóchitl en las elecciones presidenciales.
Porque Marcelo no se decide aún, a pesar de que ya hizo oficial su movimiento que se llama El camino de México, cualquier cosa que eso signifique.
Las escenas de la vida nacional lo mismo presentan hechos muy confusos como que en el Presupuesto 2024 el Ejército solicite recursos para adquirir un avión que será utilizado para transportar al Presidente, cuando todavía no ha terminado de pagar el arrendamiento del que había antes y que López Obrador se empeñó en vender, no sin antes rifar.
Las escenas disparatadas arrojan la presencia del Presidente en el último Informe de un gobernador priista, algo inédito en este sexenio, donde cruzaron elogios. Hay que recordar que los priistas acusan a Alfredo del Mazo de entregarle la plaza a Morena y a Delfina Gómez. Y de pilón, en la toma de posesión, AMLO llama demócratas a Enrique Peña Nieto y a Del Mazo por pactar, no, perdón, por respetar los resultados electorales.
En toda esta caótica secuencia de escenas que vive México, hay otras que permanecen más uniformes, más constantes y desgraciadamente no son para bien. La inseguridad se mantiene en niveles alarmantes, al igual que la violencia y el saldo de víctimas mortales, los feminicidios, por otro lado está el desastre en el sistema de Salud. Las grandes obras de la 4T no refinan, el tren no marcha, ni el aeropuerto funciona en su totalidad. Y lo que falta por ver.