Comienza el Apertura 2023 en la Liga MX Femenil y en todas las jornadas ha habido al menos un partido con una diferencia de más de 4 goles.
En la Jornada 1 vimos: Chivas vs Pumas (5-1), Juárez vs Mazatlán (7-0) y Tigres vs Atlas (6-0). En la 2: Pachuca vs Toluca (10-2) y América vs Puebla (7-0) y un total de 40 goles. Es la segunda jornada en la historia con más goles, ya que solo la supera la jornada 2 del Apertura 2017. Pero ese Apertura era apenas el segundo torneo en la historia de la liga, entendible. Y cerramos con esta última jornada, la 3: América vs Xolas (5-0) y Rayadas vs Mazatlán (9-0).
A pesar de que titulares como Récord escriban “¡Que se mantenga la tendencia!” o que la Liga BBVA MX Femenil tenga que desquitar el salario de sus cm’s y mercadólogos y festejen estas ferias de goles, estas goleadas coexisten con el peor año en rendimiento de selecciones nacionales varoniles; y en la femenil, con no calificar a Australia Nueva Zelanda 2023 y actuaciones normales, pero medianas, en las juveniles.
Por eso también me incomoda cómo festejamos sucesos como la victoria de Tigres femenil vs frauen Bayern Múnich el fin de semana. Este 1-0 coexiste con otras victorias como las del América F contra el Bayer Leverkusen en 2021, el Tottenham y Milán en 2022. O la de Rayadas en penales contra Portland Thorns en la WICC. O la de Chivas en penales contra el Inter. Pero esas victorias conviven con el hecho de que han sido partidos en la pretemporada de las rivales. Las fechas son usualmente agosto, antes de que ellas empiecen sus torneos oficiales a fin de mes o, incluso, hasta septiembre.
Las germanas que vinieron a Monterrey aún no reanudan su temporada después del parón invernal. A su vez, cuando equipos mexicanos sí han perdido contra el Dash o contra el Lyon ha sido por goleada, y con la decisión del rival de pisar el acelerador y usar titulares. Además, todos los duelos internacionales de 2022 fueron después de la Euro femenil. Si esos equipos tenían seleccionadas, difícilmente jugaron. Porque ese es justo el periodo de recuperación entre la Euro y su liga. Esto no quiere decir que no se busquen estos juegos y que no se quiera ganar. Al contrario, ese roce es necesario y útil. Pregúntenle a Tigres, el equipo más ganador de la liga, también.
Pero hay que contextualizar esos roces antes que “venderlos” o presumirlos. Esa labor no es culpa de las directivas. Es de los medios y aficionadxs. Así como se pide que el nivel en cancha y oficinas suba, el nivel alrededor de ella también tiene que subir. Pero ojo: subir nuestro nivel no es tirar hate para vender, es contextualizar mejor. Describir lo más cercano a la realidad antes de opinar.
Por otro lado, el “es culpa de las directivas” que se escucha y lee después de las goleadas en estas jornadas de la Liga MX Femenil usualmente es para mandar el mensaje de: solo los equipos de siempre, a quienes no les vale su femenil, le invierten. ¿Qué esperan los otros? No falta razón. Pero la realidad es que nadie los puede obligar a invertir, porque las directivas son al mismo tiempo el órgano que se rige a sí mismos (“la junta de dueños”). Entonces, claro. Es culpa de las directivas, pero no por no invertir. Sino porque la FMF o la liga no son autónomas, no son entes separados, o no operan con independencia real.
Los dueños de los equipos internacionales contra los que sí juegan responden ante una federación que es distinta. Hacia lo que se tendría que apuntar en México es a eso, a separar instituciones para poder regular mejor las competencias. Hacerlas más justas, y llanamente: mejores. Ahora, si las directivas no quieren ni pretenden regularse, ¿a quién le toca hacer la chamba? Esa chamba necesaria pero rasposa ¿quién la quiere hacer? Si nadie la quiere hacer, pero es necesaria ¿cómo empezar a hacerla?