Se supone que el futbol, y más que nada el mexicano, es un negocio. ¿Quiénes son los clientes? La afición, la cual consume partidos de futbol yendo a los estadios o viendo cualquier transmisión, ya sea por tele o por streaming, y por cualquier medio, ya sea formal o clandestino.
De hecho, la multiplicación de plataformas de pago por futbol ha privatizado más el balón y encarecido el juego, pero como también pasa en el mundo digital, la comunidad se hace presente para compartir links de transmisiones, en un ritual clandestino que adereza la experiencia detrás de cualquier pantalla. Todavía más aún si es femenil, porque los partidos no son ni en día ni en horario “prime”, ni de tan fácil acceso. No importa cómo quieras disfrutar de la experiencia, ya sea en el estadio o en la pantalla.
En esta Liguilla, por ejemplo, varias series fueron viernes y lunes. Razón por la cual la Final también termina por ser viernes y lunes. Pésimos días para las aficiones, pero solo cambiar la Final a jueves y domingo era brutal para las jugadoras. No hay recuperación que aguante jugar la semifinal de vuelta lunes tarde, volar de regreso chance hasta un día después, y ¿recuperar y plantear la final miércoles para enfrentar la ida el jueves? De locxs, de lesiones. En ese sentido, se entiende. Si se le explica esto a las aficiones, en su mayoría, entienden.
Así como también, las aficiones de la femenil entienden (con enojo válido)que las decisiones en esta rama no se basan en ellas, ni en el futbol femenil como tal. Chivas femenil acabó perdiendo la vuelta de cuartos en el Jalisco, no en el Akron (su casa), porque antes se decidió que el Tapatío jugara ahí, cuando también pudieron jugar en Jalisco. La regla era que la Final de Expansión se jugara en un estadio “de primera”, y la decisión fue mover a la femenil que sí es de Primera División.
Igual, el “lunes de femenil” nace para no chocar con la varonil en fase regular, y a la femenil la mandaron a ViX en un torneo en curso. Claro que hubieron quejas, pero pesan más en tamaño, y a veces “valía”, las quejas de la varonil. Por eso no se aventaron ese experimento con ellos. Al final, son decisiones que, o no entienden a las aficiones, o las entienden, pero cómo es femenil, se les hace fácil ponerlas a batallar más para crear aficiones más grandes por “falta de espacio en el calendario”. Aun así, van 2 finales de Liga MX Femenil con más de 50 mil personas en el estadio y ratings “televisivos” envidiables para cualquier Liga femenil europea.
Yaun con tan buenos números en tan poco tiempo, micrófonos con mucha amplitud se jactan de “ah, pero aún no generan lo que la varonil.” A veces parece como si quisieran o temieran que la femenil alcanzara los números de la varonil. Raro. Otras Ligas y equipos pueden existir, y aparte se quiere que seannegocio, ¿no?
Bueno, esto pasa porque los micrófonos, la conversación, y la agenda la dictan los que Kuper y Szymanski en Soccernomics llaman como fans Hornby’s, lo que en nuestro idioma son: “aficionadxs de hueso colorado”, y los que yo llamaría “fanáticos mal”. Es decir, son estas personas que le van al equipo del que se enamoraron,y en serio creen que no vale la pena que otro club gane, o a veces parece, siquiera exista. Vaya, estas personas que van a absolutamente todos los partidos de su equipo, local/visita, y que paran todo su mundo por la gloria y las derrotas de su equipo.
No es que no existan, pero honestamente, siempre han sido una proporción chiquitita del sector aficionado, y algo así como una falacia. En la Premier, una de las mecas de lxsaficionadxs por la cercanía de los clubes con su gentey por la intensidad futbolera “hooligan”,según varios análisis, solo el 5% de aficionadxsva apenas aun juego al estadioen la temporada.Es más, creo que lxs “fanáticxs mal” ni siquiera han de rebasar las 5 mil personas allá, y en general, lxsaficionadxsvenjuegos detrás de una pantalla, no van tanto al estadio. Además, muchxsaficionadxs ven juegos de más de una liga, y más de un equipo.
Pero como las historias de lxsfanáticxs mal son las que “venden”, y ellxs son teóricamente, lxs“mejores consumidores” de un club/torneo porque pase lo que pase, no se pierden un juego; y esa pasión es “la esencia” del futbol; se vuelve necesario hablar en la misma intensidad, y simular como si todxsfuéramosfanáticxs mal.
Pero la realidad es mucho más matizada. La mayoría de lxsaficionadxs sí son hinchas de un club, pero no en la intensidad que el medio quiere que se crea. Como su fervor por un club no es tan intensocomo su pasión por el juego (que es muy distinto), y la intensidad de su afición no es, ni la misma, ni altísima a lo largo de toda su vida, se comportan como consumidorxs normales de cualquier producto.
Buscan calidad (traducida en el nivel de apego a una comunidad más grande que unx que lxs acepta y llena de felicidad), les gusta el juego, y si no lo conocen pero tienen curiosidad, quieren conocer el producto. Es decir, quieren descubrir qué es el juego o cómo se vive. Por eso, si pueden ir al estadio a ver un juego del club de sus amores, van. Lo intentan por muchos medios. Pero si tienen la oportunidad de ir a otro juego, o simplemente quieren vivir la experiencia en cualquier estadio, ya sea un juego de fase regular, de eliminación, o una final, van. Porque lo que importa es el ritual y experiencia colectiva del juego. Por ende, si lo que se necesita es generar dinero para todo el medio, de nada sirve demeritar o ver a las experiencias de aficiones del femenil como de segunda.
Esto deriva en que, ya sea por condescendencia o ineptitud, se subestime el número de personas que van al estadio. Esto a su vez, conduce a que se vendan asientos numerados que no se respetan, o se abra solo un acceso, y se creen cuellos de botella que hacen a muchxs llegar incluso tarde al juego. Estas cosas, sí pueden hacer que la mayoría de la gente, o la normalidad de aficionadxs deje de consumir boletos de estadios. Gastar, aunque sea poco, para hacer algo que quieres con tantas trabas, eventualmente deja de valer la pena y acaba alejando a la gente “normal”, y por ende, a un número estadísticamente grande. Porque la gente normal no va a todos los juegos, sin importar qué, pero muchxs sí quieren tener una gran experiencia dónde sea, como en un estadio, por ejemplo.
Espero que la logística de ambos estadios entienda cómo se comportan las aficiones, no repitan los visto en las semis tanto en el Azteca como en Hidalgo, y estén a la altura.
Twitter: @KhanPaola