Este domingo México celebró sus primeras elecciones judiciales en una jornada histórica, marcada por la escasa participación ciudadana, marchas en contra, confusión ciudadana y robo de cientos de boletas en varias entidades del país. En medio de la polarización que se vive en México desde el 'lopezobradorismo', el día arrancó con la instalación de casillas y la marcha del "Domingo Negro", convocada en CdMx por grupos antagónicos al partido en el poder.
No obstante el grito de "democracia sí, dictadura no..." que ayer retumbó en el emblemático Paseo de la Reforma, así como a la premura y al reto que implicó organizar esta elección, tanto el Instituto Nacional Electoral (INE) como el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) lograron sacar adelante la organización electoral de manera ejemplar y con la expectativa de que en el futuro la participación ciudadana sea más amplia; sin embargo, todos sabemos que la clave del éxito de este ejercicio está en la legitimidad de la elección judicial y en sus niveles de participación, que al menos debieran ser de 40 por ciento.
Más allá de la abulia que se vivió en muchos distritos electorales mexiquenses, el IEEM cumplió cabalmente con la difusión del proceso extraordinario en todas las regiones de la entidad, donde lamentablemente pocos estuvieron atentos. Ahora la incógnita es si la participación ciudadana que finalmente se registrará será suficiente para legitimar la llegada de jueces, juezas, magistrados y magistrada al Poder Judicial del Edomex, así como la de nuevos ministros y ministras de la SCJN.
Esta elección extraordinaria estará lejos de la participación de 60 por ciento del padrón que acudió a votar en la elección presidencial del 2024, así como del 52 por ciento que se registró en las elecciones intermedias del 2022; al final, aunque este domingo sólo hubiese ejercido su derecho al voto 2 por ciento de los mexicanos que integran la lista nominal, el proceso seguirá siendo legal... A la postre, ¡larga vida a los órganos electorales!
Rastreando
La rehabilitación del "nunca jamás" en la carretera 134 Toluca-Ciudad Altamirano por fin inició este fin de semana y se espera que finalmente pueda cristalizarse, ya que, en este nuevo intento, después de presupuestos millonarios asignados a esta obra, cuyo destino "nadie sabe, nadie supo", los trabajos estarán a cargo de ingenieros del Ejército Nacional, debido al riesgo que existe en la zona, donde el crimen organizado ha boicoteado los trabajos.
Por ser una de las más peligrosas y por falta de mantenimiento, decenas de conductores han dejado la vida en esta vía, cuya reparación fue anunciada por última vez en Tejupilco el pasado 3 de enero por la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien prometió que la carretera será reparada desde Toluca hasta la unión con Guerrero y ofreció que "en algunos tramos se realizará la ampliación a tres carriles con el objetivo de disminuir los tiempos de traslado"..
En temporada de lluvias, Chalco, el pequeño "Frankenstein" del Edomex que aún es epitome de corrupción y falta de voluntad política, está condenado a inundarse. En tanto, la respuesta del gobierno siempre es la misma: echar la culpa a la gente por arrojar basura en la calle, pero además de lo urgente que es educar y concientizar al respecto, ¿qué han hecho autoridades estatales y federal para obligar a la refresqueras e industrias similares a responsabilizarse y frenar esta otra inundación plástica en la que nos han colocado?
