Lo que nos faltaba, la gran noticia del fin de semana son unas fotografías donde supuestamente vemos a Hugo López Gatell besándose con una mujer en una cafetería de la colonia Roma.
¿Cuál es la nota? No, la nota no es si el señor tiene novia, novio, si se están agarrando a besos o si están teniendo relaciones sexuales.
Mucho menos si esto es un montaje o si se está invadiendo la vida privada de esta importante figura de la Cuarta Transformación.
La nota es que exista alguien que suponga que esto significa algo.
¿Qué tiene de malo que el Subsecretario de Salud bese a otra persona?
¿Qué tiene de extraño que haya gente persiguiéndolo para ver qué le encuentran?
¿Qué tiene de relevante que le inventen un chisme?
Es en serio. Piénselo. Nada de esto cambia la historia de México, lo que está pasando con la pandemia ni lo que millones de familias están sufriendo en términos económicos o de seguridad.
Es sólo entretenimiento, un pretexto para que la gente se divierta felicitándolo, condenándolo, envidiándolo, apoyándolo, haciendo chistes o produciendo memes, y ya.
Obviamente nadie se puede quedar sin decir algo porque Hugo López-Gatell es la figura más famosa de este país después de Andrés Manuel López Obrador.
Todos lo conocemos, tenemos una opinión de él, sentimos algo hacia él. Es parte de nuestra vida.
Se necesita estar verdaderamente enfermo para suponer que alguien, al ver al señor dándole un beso a esta persona, lo va a maldecir por no traer cubrebocas o por violar los protocolos de sana distancia.
¡Por el amor de Dios! Eso es no tener vida, ni sexual ni sentimental ni de ningún tipo.
Siento más pena por las personas que apuestan por esta patética lectura que por los riesgos a los que nuestro subsecretario de salud se está exponiendo y está exponiendo a su compañera al manifestar sus sentimientos.
Además, la está besando. Malo fuera que la estuviera golpeando, violando o asesinando, o que ella lo estuviera rechazando como hemos visto con otras fotos de otros políticos.
Sobre el tema persecución e invasión de la intimidad, sí tengo varias cosas qué aclarar.
Todos nuestros políticos, como todos nuestros deportistas y todos nuestros artistas, son figuras públicas.
Una figura pública es un manjar periodístico en automático.
Si no les gusta, con toda confianza pueden ir pensando en dedicarse a otra cosa porque esto es inevitable, normal y, hoy por hoy, hasta deseable.
En caso de que el señor de la foto sea don Hugo, él tendría que ser muy tonto como para no saber que hay fotógrafos persiguiéndolo mañana, tarde y noche, y no creo que lo sea.
Al contrario, si fuera más astuto hasta jugaría el juego de las estrellas, armaría estos numeritos y le daría el pitazo a los fotógrafos a cambio de una corta lana o de más popularidad que, en política, nunca está de más.
¿Quién le dice a usted que esto, como mucho de lo que miramos en las revistas del corazón, no fue montado por él, por sus asesores o por entidades superiores del gobierno de Andrés Manuel López Obrador?
¡Qué casualidad que ocupas una posición tan estratégica, te citas con alguien en un lugar tan abierto y le demuestras tu cariño de una forma tan obvia! ¡Por favor!
¿Y si no fue él, si fue ella la que convocó a los fotógrafos? ¿Si lo hizo para bien? ¿Si lo hizo para mal? Estas cosas pasan.
¿Y si todo fue un montaje? Si a cualquier “personalidad” le inventan cosas y le fabrican fotos comprometedoras, ¿por qué no a Hugo López-Gatell a quien tantas instancias quisieran ver hundido?
Volvemos a lo mismo: ¡qué ocioso! ¿Por qué un fotomontaje de un besito y no una imagen verdaderamente puerca? ¿Quién se puede ofender con esto? ¿Quién se podría llegar a sentir mal?
¿Lo que es no tener nada qué hacer? Pero, en fin, cada quién sus diversiones. Por eso le digo: esto es lo único que nos faltaba, que la gran noticia del fin de semana fueran estas fotografías. ¿O usted qué opina?
alvaro.cueva@milenio.com
