En estos momentos, más que nunca, es importante ver historias de personas a las que podamos admirar, de mujeres y de hombres que nos inspiren, de seres humanos que nos puedan cambiar la vida.
¿Cuál es su película motivacional favorita? ¿Erin Brockovich, En un lugar del corazón, El camino a la felicidad, El color púrpura o La vida es bella?
Me duele mucho que cuando hablamos de televisión, las tendencias vayan hacia otro lado, que casi no se produzcan contenidos que nos sirvan en términos emocionales, que nos iluminen.
Por eso hoy le quiero recomendar una joya de miniserie que está disponible en la plataforma HBO Max: Veneno.
¿Cuál es la nota? Que ésta no es la historia de una chica pobre que se vuelve millonaria, de un sobreviviente de la guerra o de una viuda que saca adelante a sus hijos. Es la historia de una mujer trans.
¿Cuándo había visto usted una serie de una mujer trans admirable? ¿Cuándo una mujer trans la había, lo había, inspirado? ¿Cuándo una mujer trans la había cambiado la vida?
¿Entiende la magnitud de lo que le estoy diciendo? A diferencia de una larga lista de producciones que hemos visto últimamente en un montón de lugares, Veneno no es una serie gay.
Es una serie motivacional tan poderosa o más que la más cara de las películas de Hollywood.
Es tener, tal vez por primera vez en la historia del espectáculo, un contenido sobre una mujer trans en igualdad de circunstancias que los que han encumbrado a figuras como Julia Roberts, Whoopi Goldberg y Sally Field.
Por si esto no fuera suficiente, Veneno es una miniserie española. Por tanto, tiene una proximidad cultural fabulosa.
Le va a servir a muchas personas, a muchas mamás, a muchos papás, a muchos jóvenes, a muchos mexicanos. Y es muy divertida.
Sí, yo sé que en los últimos años se ha producido cualquier cantidad de series con personajes trans, pero esta experiencia es diferente. No es de nicho.
Va para el gran mercado que consume The Morning Show, Guerra de vecinos, Los Simpsion, Loki y The Good Doctor.
Es una desgracia que nos haya llegado tarde y que se haya estrenado al mismo tiempo que los cientos de títulos con los que HBO Max entró al mercado latinoamericano porque esto ameritaba un lanzamiento especial.
Veneno es la historia de una admiración, de cómo se hizo un libro, de una mujer muy especial y de todo lo que provocó.
La protagonista de esta miniserie de ocho episodios de una hora existió, es un referente cultural en España, pero visto desde acá adquiere una potencia mil veces mayor.
Es increíble lo que Javier Ambrossi y Javier Calvo, ambos de Paquita Salas, consiguieron escribiendo y dirigiendo esta emisión en términos cinematográficos.
Veneno es un derroche de creatividad donde los personajes rompen las barreras del tiempo y del espacio, donde la realidad y la fantasía se combinan de manera magistral y donde no hay capítulo que no termine con una escena sublime.
Las actuaciones son fantásticas. Punto. Pero todo lo que hay detrás de esto, como producto, es digno de una ovación: nostalgia, justicia, valores, belleza, enseñanzas, crítica a los medios de comunicación.
En estos momentos, más que nunca, es importante ver historias de personas a las que podamos admirar, de mujeres y de hombres que nos inspiren, de seres humanos que nos puedan cambiar la vida.
Luche con todas sus fuerzas por ver Veneno en HBO Max. Le va a encantar. Le va a servir. De veras que sí.
alvaro.cueva@milenio.com