Existen series maravillosas y Hollywood de Netflix. Bueno, no. No es una serie. Es una miniserie, una historia como Chernobyl, un concepto que no puede tener temporada dos.
Aunque la vida me ha enseñado que cuando el público lo pide, hasta la más formal de las miniseries, como Big Little Lies, se puede convertir en serie y tener una temporada dos o, como en el caso de American Crime con Felicity Huffman, tener una temporada dos y hasta una temporada tres.
¿Por qué le estoy diciendo esto? Porque la respuesta de las audiencias ha sido tan impresionante con esta creación de Ryan Murphy (American Horror Story), que muchísimas personas están pidiendo más, más, más.
¿Qué es Hollywood? ¿Por qué tanto escándalo? ¿Cuál sería la crítica?
Hollywood es algo así como un poquito de la complicadísima historia de Hollywood, de la meca del cine, y a partir de ahí, un megashow en donde se plantean muchos de los mejores, y de los peores, conflictos dramáticos del día de hoy.
¿De qué parte de la historia de Hollywood estamos hablando?
De lo que sucedió a partir de los años 40, cuando los estudios cinematográficos ya tenían el poder absoluto de la industria del espectáculo mundial, pero al mismo tiempo padecían los estragos morales, industriales y creativos de haberse distraído durante la guerra.
¿De qué conflictos dramáticos de la actualidad estamos hablando?
De la doble moral, del odio, del racismo, de la homofobia, del abuso de poder, de la corrupción, del temor al cambio, del vacío que existe atrás de muchas figuras.
¡De puros horrores espantosísimos! Por eso al público le encanta.
¿Puede haber algo más suculento que juntar todo este morbo con los nombres de mil y un estrellas, y de mil y un películas, que todos conocemos, o que todos creemos conocer?
Sí, hacerlo con un reparto multiestelar que lo mismo incluye a un David Corenswet (el más joven de los dioses del espectáculo de Estados Unidos), a un Darren Criss (el asesino de American Crime Story, The Assassination of Gianni Versace) y a una Laura Harrier (Liz de Spider-Man: de regreso a casa) que a una Patti Lupone (la inolvidable Evita de Andrew Lloyd Webber), a un Jim Parsons (el genial Sheldon de The Big Bang Theory) y a una Queen Latifah (la reina de reinas cuando hablamos de musicales, cine y televisión), por mencionar sólo a unas cuantas de las muchísimas figuras que participan en este sueño convertido en realidad, en esta pesadilla.
Y es que meterse con Hollywood es meterse con algo sagrado, con algo que significa cosas muy importantes en nuestro corazón, con algo para lo que se necesita mucho valor, mucha entraña.
No es la primera vez que Ryan Murphy se atreve a mostrar los entretelones de esta industria tan cruel como poderosa. Acuérdese de Feud: Bette and Joan, sólo que aquí, gracias a la libertad que únicamente una plataforma con las características de Netflix puede dar, el señor llevó aquello al límite de la perversión y la denuncia.
Y ni hablemos de los valores de producción porque entonces sí no vamos a acabar jamás.
Luche por ver ya Hollywood de Netflix. Le va a encantar y en estos tiempos de encierro en los que hay tan pocas cosas genuinamente buenas que ver, más. ¿A poco no?
alvaro.cueva@milenio.com