Espectáculos

¡Gracias, Will Smith!

Lo que sucedió la noche del domingo pasado durante la entrega de los Oscars en Hollywood es una verdadera tragedia.

¿Qué fue lo que sucedió? Como usted sabe, Will Smith interrumpió un segmento cómico para golpear a Chris Rock porque no le pareció un chiste.

¿Qué tiene esto de trágico? Que representa la normalización de la violencia en el espectáculo internacional.

A partir de ese momento, cualquier mujer, cualquier hombre, al que no le parezca algo, está autorizada, está autorizado, a pasar por encima de cualquier protocolo y a utilizar la violencia a su favor.

Entre lo que hizo Will Smith y la famosa escena de la película El Guasón donde Arthur (Joaquin Phoenix) le dispara a Murray Franklin (Robert de Niro) porque se sintió ofendido, la única diferencia es la pistola.

No sé usted, pero yo estoy convencido de que si el señor Smith hubiera tenido cerca un arma, se la hubiera vaciado a Chris Rock con la misma prepotencia.

Porque, no nos hagamos tontos, si analizamos el video, después de ese momento, Will no proyectó la más mínima vergüenza, el más elemental arrepentimiento.

Regresó a su asiento erguido, orgulloso, convencido de que hizo lo correcto.

Y no conforme con eso, cuando la Academia se atrevió a continuar con la ceremonia y lo premió, el señor se victimizó para justificar su arrebato.

¿Qué significa esto? Que cuando usted quiera golpear a alguien, siempre va a estar bien. Siempre va a tener la razón. Y si llora, más.

La bronca está en que las mujeres y los hombres que sí han sido víctimas de algo, con esto, pierden cualquier argumentación a la hora de denunciar lo que les hicieron.

¡Gracias, Will Smith, en nombre de los acosadores, golpeadores, violadores, narcotraficantes, secuestradores y asesinos! ¡Gracias!

Y no, no estoy dispuesto a discutir esto con nadie porque si el famoso discurso que Will Smith improvisó cuando le dieron el Oscar hubiera sido medianamente efectivo, no hubiera pasado lo que pasó después.

¿Qué? Avalanchas de memes, justificaciones, falsos debates y groserías.

Lo único que la violencia de Will Smith provocó fue más violencia. Esto es el principio de algo espantoso. Insisto. Ahora esto se acepta. Ahora esto es chistoso. Todos vamos a perder.

¿Por qué? Porque el espectáculo nos educa y si ya vimos que a Will Smith le funcionó lo que hizo, ¿qué le impide a usted agarrarse a golpes con su vecina, hacerse la víctima y triunfar?

Ahora piense, por favor, en la Academia. El hecho de no haber frenado al señor Smith en ese momento, de no haber interrumpido la ceremonia, de no haber sacado a Will del teatro, de no haberlo retirado en ese instante de las ternas y, peor tantito, de haberlo premiado, manda el peor de los mensajes:

Si usted es famoso, tiene dinero o poder, puede abusar de quien quiera como quiera y cuando quiera, y al final, hasta le van a aplaudir, lo van a premiar y le van a permitir que se justifique hasta que se canse.

Pero espérese, se pone peor porque aquí hay un tema de racismo y otro de violencia de género.

Los que protagonizaron este incidente fueron dos personas afrodescendientes en una industria que durante décadas despreció a este tipo de mujeres y de hombres por considerarlos peligrosos, inferiores. ¿Le sigo?

¿Y la violencia de género? ¿Qué tiene que ver la violencia de género en esta historia?

Tiene que ver más de lo que se imagina porque, a ver, ¿por qué Hollywood acaba con la carrera de cualquier persona que se atreve a hacerle una insinuación sexual a otra y no con una superestrella que se agarra a golpes con otra en medio de la más sagrada de sus ceremonias?

De nada sirve que la Academia haya premiado una película tan incluyente como Coda si su percepción de la inclusión sigue siendo tan hipócrita.

Lo que sucedió la noche del domingo pasado durante la entrega de los Oscars en Hollywood es una verdadera tragedia. ¿O usted qué opina?


alvaro.cueva@milenio.com

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Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
  • alvaromilenio5@gmail.com
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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