Ya la vi tres veces. No puedo parar de verla. Me gusta muchísimo. Me volví adicto.
Se me hace una combinación perfecta del legendario cine mexicano de la época de oro con lo mejor del cine de búsqueda, pero con lo más maravilloso de las películas de ahora. ¡La amo!
¿De qué le estoy hablando? De “El sueño de ayer”, un filme de Emilio Maillé, director de muchas de mi series mexicanas favoritas como “XY” y “Juana Inés”, que se acaba de estrenar en Prime Video.
¿Cuál es la nota? Que el protagonista es Rubén Albarrán, vocalista de Café Tacvba, que no sólo es una de las figuras más queridas del rock en español, es la revelación actoral del año.
Ya lo vi en el Ariel, en los premios internacionales. No puedo creer lo que esto señor ha conseguido en este experimento loquísimo, entrañable, lleno de amor, de vida.
“El sueño de ayer” es eso, un homenaje a la vida. Por eso hay que verla. Por eso hay que comentarla. Por eso hay que recomendarla.
Si tuviera que definírsela sin venderle trama, le diría que es una fantasía que gira alrededor de Dámaso Pérez Prado, el Rey del Mambo, hoy.
Son dos grandes historias. Una de jóvenes. Otra de adultos. Ambas de tocan y nos tocan con el poder del cine, pero también con el poder de la música.
No tiene usted una idea de lo hermoso que es ver las composiciones de Pérez Prado transformadas en secuencias musicales filmadas con todos los recursos que tenemos ahora.
Yo todavía me debato por decidir cuál es mi favorita: si la de Chapultepec, la del Salón Los Ángeles, la del Teatro Fru Fru, la de la Torre Latinoamericana o la de Acapulco.
Y hay mucho mambo, pero también música clásica, y reguetón, y perreo. ¡Hasta Blanca Guerra se avienta un numerazo de baile cachondo!
Porque ésa es otra. “El sueño de ayer” está llena de actuaciones especiales.
Si no es Blanca Guerra es Ofelia Medina. Si no es Arcelia Ramírez es Claudette Maillé. Si no es Fernando Becerril es Adriana Llabres. ¿Y qué me dice de la narración de Daniel Giménez Cacho?
Esto va muy en serio. Es de otro nivel. Inmensa producción de Mónica Lozano (“Amores perros”), de Gustavo Ángel Olaya (“Las oscuras primaveras”) y de Eamón O’Farrill (“Apocalypto”), entre muchas otras personalidades.
Qué bueno que Prime Video está distribuyendo esto a nivel nacional e internacional porque le va a permitir a muchas personas vivir una experiencia de cine mexicano que no es, ni la típica comedia romántica de toda la vida, ni ese cine de autor que de repente es tan, tan, pero tan elevado, que acaba por distanciarse de la gente.
“El sueño de ayer” es un grandioso regalo de Navidad llena de imágenes memorables, de sonidos muy bien cuidados y con sorpresas muy bonitas hasta en los créditos finales.
Esas secuencias de Pérez Prado visitando las ruinas del Teatro Blanquita, caminando por el Zócalo y bailando con su sombra por las calles de la capital del país son verdaderamente exquisitas.
Pero no menos hermosas que las palabras con las que el personaje de Rubén Albarrán le habla de las mujeres, la poesía francesa de una escena muy específica y la dulzura de Tongolele.
Felicidades a todos los involucrados en este lanzamiento, especialmente a los más jóvenes como Mikaela Monet, Benny Emmanuel, Paco Rueda y mi adorada actriz trans Raquel Martínez.
Por favor, no se me distraiga. Primero lo mexicano. Primero lo que está hecho con nuestras estrellas. Primero lo que tiene que ver con nuestros referentes.
Luche con todas sus fuerzas por ver “El sueño de ayer” en Prime Video. Le va a gustar. De veras que sí.
alvaro.cueva@milenio.com