Desde hace mucho que estoy enojado con la industria del entretenimiento porque por más que lo habían intentado, sus cabezas no habían conseguido crear nada digno sobre la lucha libre mexicana.
No es que no se hayan hecho un montón de series, de películas o de documentales al respeto en los últimos años.
Es que se notaba a leguas que alguien dijo: “las luchas venden, hagamos contenidos de luchas”.
¡Y pues sí! Ahí están sus materiales, pero la serie que no está hecha como para niños ricos de no sé qué país está llena de errores de una ignorancia pavorosa.
Son unas desgracias, una falta de respeto. No llegan a donde tienen que llegar.
¿Pero sabe qué es lo peor? Que olvidan lo más importante: la lucha libre mexicana nace del pueblo y es para el pueblo.
¿Por qué ya nadie crea contenidos para la gente humilde? ¿Por qué, cuando se piensa en pueblo, se hace a través del clasismo, del racismo y de mil prejuicios espantosos?
El caso es que, en ésas estaba cuando llegaron a mí los primeros tres capítulos de la serie mexicana “Contra las cuerdas” de Netflix.
Le juro que la vi como con ganas de no verla. Algo en mi interior me decía que me iba a volver a decepcionar.
¿Quiere que le diga la verdad? Me encantó, me enloqueció. La amé, la amé y la amé como no amaba un contenido de luchadores desde las legendarias películas de El Santo, Blue Demon y todos aquellos grandes personajes.
“Contra las cuerdas” no sólo es lo más divertido, lo más emocionante, lo más desgarrador y lo más inteligente dentro de este tipo de formatos.
¡Es volver al espectáculo popular mexicano! ¡Volver a trabajar para la gente humilde! ¡Volver a darle dignidad al pueblo! ¡Es preciosa!
Le doy mi palabra de que cuando la vea, encontrará belleza no sólo en esos personajes, la encontrará en esos espacios deslumbrantes de una zona particularmente castigada en términos mediáticos como lo es la Alcaldía Iztapalapa en Ciudad de México.
¡Qué locaciones tan más hermosas! ¡Qué calles! ¡Qué mercados! ¡Qué casas! ¡Qué colores! ¡Qué sabores! Y, lo más grande de todo… ¡Qué gente!
Volvemos a las familias pobres pero honradas, a las mujeres que son capaces de todo por sus hijos y a un montón de innovaciones ideológicas increíblemente positivas, pero ancestrales, como la sensibilidad masculina y el respeto a la diversidad sexual.
“Contra las cuerdas” es una gran serie creada por Carolina Rivera, la autora de muchos de los más maravillosos contenidos que se han hecho en este país desde los tiempos de “Amar te duele” y las primeras series de El Once hasta llegar a “Madre sólo hay dos” y “Guerra de vecinos”.
Como su nombre lo indica, es una historia de lucha libre, pero de lucha libre femenina. No le voy a contar nada para no arruinarle la experiencia pero es una gran historia enriquecida por las anécdotas reales de luchadoras mexicanas de verdad como la inmensa Lady Apache.
Cada personaje está bordado a mano tanto por un magnífico cuerpo de guionistas como por excelentes directores y por un reparto sensacional.
¿Cuál es la nota? Que ya no estamos hablando de estrellas “güeritas” de un país ajeno. Son mujeres y hombres morenos que hasta hace muy poco tiempo ni en sueños hubieran conseguido trabajo protagónico en televisión.
Y todas y todos son divinos. Pero, por favor, no se escandalice. Ni remotamente vaya a pensar que aquí no hay gente blanca. Hay de todo para todos, pero siempre con un aire de representatividad admirable, prodigioso.
Caraly Sánchez le da vida a La Novia Negra. Le ruego que observe con detenimiento su trabajo porque estoy convencido que se la van a llevar a Hollywood. Es una nueva Salma Hayek pero con la energía de una nueva generación.
María Balam es una grandiosa actriz de teatro. Alguna vez comenté aquí su trabajo en “Villa Woytzecktown”. En esta serie da el más grande paso de su carrera como Lilith. ¡Felicidades!
Todos amamos a Valentina Buzzurro por su extraordinario trabajo en teleseries y telenovelas, pero jamás la habíamos visto como la vemos aquí: fuerte, compleja, menos niña, ya mujer.
¿Puede haber alguien más divertida que Michelle Rodríguez para inyectarle humor a un contenido? La adoré como La Volcana Dormida. No pierda de vista lo que esta reina de la comedia hace con su cuerpo en esta serie. ¡Bravo!
Por si todas las mujeres que acabo de mencionar no fueran suficientes, Alejandra Ley hace una actuación especial francamente sublime. En cuanto la vea, quedará tatuada en su corazón. Se lo garantizo.
¿Y los hombres? ¿Quiénes son los hombres en “Contra las cuerdas”?
Puro señorón de primera como Cuauhtli Jiménez, Carlos Aragón y Luis Fernando Peña. Sensacionales todo. De veras. Nada que ver con nada que usted les haya visto.
En resumen, si usted, como yo, estaba buscando algo bueno para ver, ya lo encontró y si lo suyo, como lo mío, tiene que ver con la lucha libre mexicana, el entretenimiento popular y los contenidos diferentes, pues mejor.
Aquí está todo eso y más. Luche con todas sus fuerzas por ver “Contra las cuerdas” en Netflix. Le va a gustar. De veras que sí.
Álvaro Cueva