Por la más elemental dignidad periodística, la gran nota en materia de “streaming” de esta temporada tienen que ser los especiales que le hicieron a Checo Pérez.
¿Por qué? Porque estamos en México, porque somos mexicanos y porque este señor representa muchas cosas fundamentales para este país, para Latinoamérica y más allá. Por favor tome nota.
“NEVER GIVE UP”
Quiero rogarle de la manera más atenta que se meta de inmediato a la plataforma Clarovideo y que luche con todas sus fuerzas por ver “Checo, Never Give Up”.
¿Qué es esto? Una película especial para “streaming” de poco más de un hora producida por Claro Sports increíblemente buena.
No es ficción. Tampoco es propiamente un documental. Es como los más maravillosos programas periodísticos de la televisión de antes que combinaban una buena entrevista con los testimonios de los mejores especialistas y material exclusivo.
¿De qué material exclusivo estamos hablando? De los videos caseros de la familia Pérez de cuando Checo era niño, adolescente, y comenzaba en el mundo del automovilismo.
No sabe usted qué imágenes tan más hermosas, tan más motivantes y tan más relevantes.
Por si esto no fuera suficiente, hablan los amigos y aliados de Checo y el resultado es una biografía monumental, un material que debería ser obligado en las escuelas de toda nuestra nación.
Gran trabajo de investigación histórica. Excelente ejercicio de producción. ¡Felicidades a todos los involucrados! ¡Así se hace!
“CHECO”
Hágase un favor, entre ya a la plataforma Star+, seleccione “Checo” y dispóngase a ver algo increíblemente potente.
“Checo” es una suerte de “reality show” planteado en cuatro capítulos de poco menos de media hora cada uno, que le da seguimiento a la vida de nuestro Checo Pérez desde que ganó en Singapur hasta lo que acaba de hacer en el Gran Premio de México.
¿Qué es lo importante aquí? La capacidad de respuesta en Star+. Más se tardó Checo Pérez en estar en el Autódromo Hermanos Rodríguez que este sistema de distribución de contenidos en línea en sacar la “serie”.
Y no le he dicho nada. “Checo” es un poema en términos editoriales y de producción. No me quiero ni imaginar el infierno que fue grabar aquello en tantos países, bajo circunstancias tan extremas.
Vemos a un Checo que gana, pero también a un Checo cuya hija le grita: “¡No te vayas, papá!” Y lo vemos firmando los brazos de sus fans y lo vemos en la cúspide del nerviosismo real.
¿Se da cuenta del nivel de intimidad del que estamos hablando? ¡Qué orgullo que un mexicano sea el protagonista de esto! Material imperdible. Se lo juro.
CONCLUSIÓN
Nunca hago estas cosas pero ante la relevancia de este personaje y el nivel de estos contenidos mi mejor recomendación es que mate por verlos.
Así, como se lo estoy diciendo. No es que uno sea mejor que el otro. Son diferentes, necesarios, se complementan.
Checo Pérez es un mexicano ejemplar. Su historia debe ser conocida, comentada, respetada y, lo más importante de todo, tiene que servir para mandar un mensaje de optimismo, para inspirar a las nuevas generaciones, para que a todos nos conste que las y los mexicanos podemos salir adelante, que somos buenos, que merecemos lo mejor.
¡Viva Checo Pérez! ¡Viva México!
alvaro.cueva@milenio.com
