Hay frases que llegan en el momento exacto, casi como si alguien las hubiera escrito pensando en ti. A mí me pasó con una idea de Simon Sinek: “Dejé de hablar de lo que hago y empecé a hablar de por qué lo hago.” Desde que la escuché, me di cuenta de algo que quizá ya intuía hace tiempo. Durante años expliqué mis funciones, mis responsabilidades, mis cargos, mis agendas… pero muy pocas veces hablaba de lo que realmente me mueve.
Y es curioso, porque en el mundo educativo, y especialmente en el liderazgo académico, solemos creer que lo importante es describir tareas, dirigir, supervisar, coordinar, planear, evaluar. Sin embargo, cuando hablas desde ahí, solo informas. No conectas. No inspiras. No transformas.
El “qué” es práctico.
El “por qué” es humano.
Con el tiempo entendí que cuando hablo del “qué” hago, la conversación se queda en la superficie. Pero cuando comparto el “por qué” hago lo que hago, algo distinto sucede. La gente escucha con otro tipo de atención. Porque ya no es una lista de actividades, sino una declaración de propósito.
Mi “por qué” está en las historias que he vivido dentro de las instituciones educativas, en los alumnos que me han cambiado, en los equipos de trabajo que he visto renacer cuando se sienten acompañados, valorados y escuchados. Está en mi convicción de que un buen liderazgo puede transformar una escuela completo, y que uno malo puede romperla desde adentro.
No hago lo que hago solo porque es mi trabajo. Lo hago porque creo profundamente en el poder del liderazgo para elevar el desempeño, para cuidar el bienestar, para darle rumbo a una comunidad educativa entera. Creo en la educación como un espacio donde las personas encuentran posibilidades, no límites. Y creo en los equipos como el corazón que sostiene esa misión.
Hoy, cuando alguien me pregunta a qué me dedico, ya no empiezo por mis funciones. Empiezo por mi propósito, trabajar para que cada persona que lidero descubra lo mejor de sí misma.
Al final, lo que hacemos es importante.
Pero lo que nos mueve… eso es lo que deja huella.
