Cultura

Las estatuas son las primeras en caer

Siempre ocurre así. Como si se tratara de un capítulo de la extraordinaria serie alemana Dark. “Volverá a suceder”. Cuando un gobierno se tambalea, no se diga uno dictatorial, lo primero que se va a tierra son las estatuas del soberano, del prócer, del benefactor. Pasó en la Rumania de Ceaucescu a finales de los ochenta, en la Unión Soviética colapsada de Gorbachov, en el Irak de Sadam Huseín y en la Libia de Gadafi ya en este siglo.

He contado aquí antes la sorpresa de ver apenas tres estatuas de Mao Zedong en un viaje de tres semanas por unas siete ciudades chinas. Un natural del lugar que no se hizo el desentendido ante la pregunta, respondió que es mejor así, que se vayan esfumando poco a poco, porque llegará el momento de desmontarlas, evocando su eufemismo, y entonces no será tanto el espectáculo ni la complejidad para cumplir con esa tarea.

La necesidad de efigies viene acompañada del poder desde tiempos antiguos. Es así como tenemos una ligera idea de cómo lucían los monarcas griegos, romanos, egipcios. De algunos se sabe más por crónicas, pero muchas veces son testimonios de autores que no conocieron en vida a los personajes. Por eso es importante la figura de mármol, de bronce. De Cleopatra, por ejemplo, se conoce que no era la belleza del mito por su retrato de perfil en algunas monedas.

Hay una necesidad intrínseca en el poderoso por trascender de formas diversas y es ahí donde aparecen, entre muchas otras expresiones, la estatua, el cuadro, el nombre de una calle o de una escuela. Y es casi automático que cuando esos personajes caen en desgracia, los ganadores ajusten cuentas con ellos y los entierren, sea por diferencias ideológicas, sea por una estrategia de afinidad con alguna corriente de pensamiento en turno. Si algo determina hoy esas decisiones, para qué vamos más lejos, es la cultura de la cancelación.

A Reforma le quitaron a Colón, ese al que desde décadas atrás solían llenarlo de pintas y mugre en el Día de la Raza, y ahora Fidel Castro y el Che Guevara han desaparecido de la colonia Tabacalera, dice la alcaldesa de Cuauhtémoc que por temas administrativos “y protestas vecinales”, no vaya usted a pensar que porque ella sea pro facha y, por tanto, antagonista de los líderes de la Revolución cubana.


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Alfredo Campos Villeda
  • Alfredo Campos Villeda
  • Director de @Milenio Diario. Autor de #Fusilerías y de los libros #SeptiembreLetal y #VariantesdelCrepúsculo. Lector en cuatro lenguas. / Escribe todos los viernes su columna Fusilerías
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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