Pasada la polémica por la Cleopatra negra de la serie de Netflix, cuyos productores se montaron en la corrección política de mano de su jefa Jada Pinkett y se dieron la licencia de la raza sin atender el estudio histórico que hay en la materia, ya asoma un nuevo proyecto para retratar en el cine a la monarca ptolemaica.
Vamos, no es que haya que plegarse a la imagen de Elizabeth Taylor cayendo a los pies del emperador mientras sale de una alfombra que se desenrolla, porque tampoco hay testimonio directo de que Cleopatra fuera blanca o que fuera tal su belleza, o claros sus ojos, pero sí que hablaba múltiples lenguas y era una estratega política que pudo desafiar a los hombres que regían en su tiempo.
El proyecto en puerta, ya pospuesto una vez, está en las manos de Gal Gadot, la actriz que ha representado en años recientes a la Mujer Maravilla más popular desde la interpretación que hizo en los años ochenta Linda Carter. La directora a cargo iba a ser Patty Jenkins, la misma de Wonder Woman, pero declinó y todo quedó en el olvido.
Sin embargo, la actriz no ceja en su empeño. En una entrevista reciente con Vogue, ha dicho: “Israel (su patria) limita con Egipto (patria de la monarca) y crecí con tantas historias sobre Cleopatra que es como un nombre familiar. Si la Mujer Maravilla es una lideresa imaginada, Cleopatra fue real y es un ejemplo perfecto de una historia que quiero contar, porque comencé a leer diferentes libros sobre ella y me parece fascinante”.
No sólo eso. Reveló que ya tiene el guion y ahí el personaje va más allá de la mujer seductora que quiso ver Joseph Mankiewicz en la célebre película de 1963, haciendo énfasis ahora en lo adelantada a su tiempo que fue y en su legado, con el ánimo de cambiar la narrativa sembrada para esta monarca alejandrina.
Ahora el desafío será para el público, que deberá despojarse de la idea de Gal Gadot Mujer Maravilla y apenas este año Agente Stone, para verla en túnicas egipcias. Me pregunto cómo diablos puede alguien no verla seductora.