Política

¿Te sabes amado?

  • En Corto
  • ¿Te sabes amado?
  • Alejandro Maldonado

No saberse amado es llevar adentro una herida profunda. Y las heridas claman por ser sanadas, aunque sea de la peor manera. Por eso muchos buscamos amor a cualquier precio: en relaciones apresuradas, tóxicas, puramente sensuales o incluso destructivas. Cambiamos de pareja como quien cambia de ropa, pensando que la próxima vez sí será diferente. Pero al final solo queda un vacío más grande. El que fue herido, si no es sanado, tarde o temprano termina hiriendo a otros.

Sabernos amados es una necesidad vital. El amor auténtico nos da seguridad, identidad, dignidad y capacidad para poder también amar. Podemos recibir amor de los padres, del cónyuge, de los hijos, de los hermanos, de los amigos… pero todas esas formas de amor humano, por bellas que sean, resultarán insuficientes o torcidas si antes no hemos sido alcanzados por el amor perfecto.

A veces repetimos, “Dios es amor”, como si fuera un eslogan bonito, una frase para camisetas o estados de WhatsApp. Pero esa verdad no fue escrita para decorar; fue escrita para transformar vidas. Escúchalo bien, por favor: Dios te ama. A ti. Tal como eres ahora mismo. Quizá tus fracasos, culpa, vergüenza, orgullo o incredulidad te gritan que eso no puede ser verdad. Tal vez has hecho cosas tan graves que piensas: “Si alguien supiera quién soy de verdad, huiría de mí”. Pues hoy Dios te mira a los ojos y te dice: “Yo sé perfectamente quién eres… y te amo igual”.

El amor de Dios para contigo es una decisión eterna proveniente de su corazón. Él te conoció antes de que nacieras, te formó en el vientre de tu madre, conoce cada uno de tus pensamientos… y aun así te ama con amor inmerecido y apasionado: «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros» (Romanos 5:8).

No tienes que hacer nada para “ganarte” su amor. Jesús ya pagó TODOS tus pecados en la cruz, y por eso pudo gritar antes de morir: “¡Consumado es!”. La deuda está cancelada

Jesús quiere, ahora mismo, entrar en tu corazón, sanar tus heridas más profundas, llenar ese vacío que nadie más ha podido llenar y darte una nueva identidad: Hija amado, hijo amado del Dios Altísimo. Entrégate a Él. Aunque sea con voz temblorosa dile: «Señor Jesús, te necesito ¡Sálvame! Gracias por amarme. Quiero tu vida en mí. Amén»


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.