Pues como a mis muy estimados 11 lectores les han gustado las últimas entregas semanales en este espacio, uno de ellos sugirió hacer algo sobre las desapariciones misteriosas en Hidalgo, así que con toda curiosidad me puse a averiguar sobre este tema y encontré varios casos, algunos extraños y otros inexplicables, por decir lo menos.
Hay una historia que se cuenta en la Sierra de Tenango, donde se habla de caminos encantados. Dicen que en algunas veredas de las montañas las personas desaparecen y recuerdan el caso de Vicente Ramos, sucedido en 1902, quien salió al amanecer con su burro cargado de mercancías y nunca volvió, pero años después un vecino dijo haberlo visto en el mismo camino como si no hubiera envejecido un solo día y que cuando intentó hablarle, Vicente simplemente se desvaneció.
Otro caso ocurrió en 1960, en el Valle del Mezquital. Varios hombres trabajaban en el campo y uno de ellos a quien conocían como Jacinto se alejó para buscar agua en un pozo cercano, pero nunca regresó; los otros lo buscaron durante horas y días, pero no había ni rastro del desaparecido. Una persona mayor que vive en esa región contó que en la zona había nahuales y que Jacinto pudo haber sido llevado por lo que él llamó “los dueños del monte”.
Actopan tiene su propia historia. Dicen que en la década de los 80’s, en una vivienda cercana a la cabecera municipal, una familia entera desapareció de manera inexplicable; de hecho se cuenta que una mañana los vecinos notaron que la casa estaba vacía, las puertas estaban cerradas por dentro y los platos con la comida de la noche anterior seguían en la mesa, lo único que hallaron fue a las mascotas visiblemente alteradas, pero de la familia ni rastro.
Por supuesto está la historia de un joven estudiante de Pachuca que desapareció en los años 90’s cerca del Ex convento de San Francisco luego de haber asistido a una fiesta. Él solo debía caminar un poco para llegar a casa, pero simplemente se esfumó. Claro que investigaron su desaparición pero jamás se encontró rastro de él. De hecho hay quienes al pasar por el ex convento por la noche madrugada aseguran haber visto a un joven deambulando como si estuviera buscando algo o a alguien.
Alrededor de ese ex convento hay historias similares, algunos trabajadores aseguran haber escuchado pasos y murmullos en las noches, incluso cuando el edificio está cerrado. También se habla de una mujer que desapareció a mediados del siglo pasado en los túneles subterráneos que supuestamente conectaban ese sitio con otros puntos de la ciudad. Nadie la vio salir y nunca se encontró su cuerpo, pero algunos aseguran que su silueta aún puede verse en los alrededores.
En la huasteca, allá por Huejutla se habla de personas que han desaparecido en las cuevas de la región. En 2007, tres personas quisieron cartografiar una que nunca había sido documentada y entraron con linternas y cuerdas, pero nunca salieron. Lo más extraño fue que días después, su equipo fue encontrado en la entrada, perfectamente acomodado, como si alguien más lo hubiera dejado ahí.
Y hablando de cuevas, otro caso sucedió en Tecozautla en 2013. Cuatro personas entraron a explorar una cueva poco conocida, dejaron sus autos a la entrada y se adentraron con equipo básico y nunca volvieron. Después de varios días sin noticias de ellos, familiares y rescatistas entraron a buscarlos sin éxito, pero lo que sí hallaron fueron las mochilas y linternas abandonadas, como si hubieran decidido dejarlas y seguir avanzando a oscuras.
Algunos de estos casos pueden tener una explicación racional: accidente, delincuencia, extravíos, pero hay otros que parecen desafiar cualquier lógica.
Estas historias se mezclan con creencias indígenas. Hay comunidades en las que priva la idea de la existencia de portales, caminos que se abren solo en ciertas condiciones y que pueden llevar a otro plano. Hay quienes las ven como cuentos, aunque sigue abierta la posibilidad de que no sea así.
Las desapariciones son un fenómeno real y, como se ha mencionado, algunas podrían tener una explicación lógica, pero en otros casos hay algo a todas luces incomprensible.
Quizá jamás se pueda saber la verdad en torno a ellas, muy vivas aún en la tradición oral, pero lo cierto es que siguen alimentando el misterio y la especulación.