El doctor José Antonio Martínez García se ganó el respeto del entonces gobernador Miguel Barbosa y le mostró su lealtad hasta en los últimos momentos de aquel fatídico 13 de diciembre de 2022.
Y una vez que ocurrió la lamentablemente muerte de Barbosa, el gobernador sustituto, Sergio Céspedes no dudo en mantenerlo, porque la pandemia estaba en una etapa crucial y no se podían permitir bajar la guardia en la etapa final.
Trabajó primero en la conversión de hospitales y después en su desconversión, donde Puebla fue modelo a nivel nacional, pero Martínez demostró que superada la emergencia sanitaria, se podía trazar una ruta definida para mejorar la calidad de la atención a la población que requiriera de servicios de salud a lo largo y ancho del territorio poblano.
Por eso desde el año pasado, se negó a ceder los servicios de salud del estado, al capricho presidencial del IMSS-Bienestar. Asesorado por el doctor, Miguel Barbosa se negó una y otra vez a la solicitud de Zoé Robledo y del mismo López Gatell.
Después las cosas cambiaron y su anticipada renuncia evitó que a Martínez García se le reclame en el futuro haber entregado la funcional red hospitalaria que él y su padre, entre muchísimos otros galenos, construyeron en el pasado.
Cuando levantó la mano para ser aspirante a la candidatura, lo hizo, más que por convicción propia, en atención a una solicitud de su amigo, el gobernador Barbosa, para agitar el proceso sucesorio local, tal como pasaba ya a nivel federal. Se le vio en eventos partidistas, pero a leguas se notaba que no flotaba como sí lo hacia desde el quirófano.
Hay quien dice que su renuncia obedece a su deseo de convertirse en candidato a la gubernatura: no lo creo.
Y es que el ahora ex secretario no solo se ganó el respeto de los dos últimos gobernadores y de sus compañeros en el gabinete, sino también el cariño de las universidades, de los demás organismos de salud, de los medios de comunicación, de los empresarios, de la clase política, de la Iglesia y de una Puebla que hace mucho no veía a un funcionario tan eficaz.
Veremos quien llega a intentar llenar tremendos zapatos.