Para algunos, el cambio de año es apenas un trámite del calendario. Un número que se borra y otro que se escribe. Pero para muchos otros es una oportunidad para mirarse al espejo y aceptar que el país no cambia solo porque cambió la fecha.
Puebla vivió en 2025 un año de adaptación. Gobiernos municipales obligados a hacer malabares con presupuestos flacos y demandas crecientes; es decir, hacer más con menos. Y en esa realidad cotidiana, los reclamos ciudadanos se centraron en inseguridad, calles en mal estado, luminarias apagadas y agua que no siempre llega.
Lo básico.
En el ámbito estatal, la administración de Alejandro Armenta arrancó su ruta sexenal entre crisis que fueron más mediáticas que estructurales, pero suficientes para marcar territorio. A más de un año de haber asumido el poder, todo parece indicar que su estrategia tiene forma, estructura y consistencia.
El tiempo dirá si la forma se convierte en fondo.
En el plano nacional, Claudia Sheinbaum enfrentó su primer año completo como presidenta con una combinación de firmeza y distancia calculada. Hubo momentos de velada ruptura con su antecesor y otros de continuidad inevitable. En seguridad y salud, que son dos de las herencias incómodas, optó por decisiones prácticas más que discursos huecos. No resolvió todo, pero dejó claro que el mando tiene nueva voz.
Lo que viene en 2026 no es menor ya que se trata de la antesala a las elecciones intermedias. El año donde los equilibrios se tensan, las alianzas se mueven y los discursos se endurecen. Alcaldes, gobernadores y la presidenta jugarán bajo presión y es probable que los ciudadanos paguemos la factura de ese reacomodo.
Sirvan estas líneas, también, para agradecer a quienes han leído esta columna durante el año, cada martes y viernes, coincidiendo o discrepando. Porque de eso se trata el ejercicio público del periodismo y aquí siempre serán bienvenidos los lectores críticos, no complacientes.
Sin Derecho de Réplica aspira a incomodar, a obligar y a pensar.
Que el cierre de 2025 nos sirva para preguntarnos qué estamos haciendo para construir un mejor país y qué estamos dejando a quienes vienen detrás.
Que 2026 llegue con salud, con proyectos y con la satisfacción de haber hecho lo que nos correspondía.
Feliz Año Nuevo.
