“No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo”.
Mario Benedetti
Hablar de Cruz Azul es, sin lugar a duda, hablar de uno de los equipos más emblemáticos y mediáticos de este país. Prueba de ello fue el fenómeno que se originó el pasado domingo tras la coronación de un torneo espectacular, y que tras 23 años de intentar levantar el trofeo de Liga, lograron romper con una sequía que parecía interminable.
El equipo de La Máquina no solo se ha reivindicado con su propia historia, sino con toda esa afición que añoraba ver a este equipo levantar la copa y terminar de una vez por todas con toda esa malaria, dejando a un lado los fantasmas que lo convirtieron en un estigma de no poder lograr el cometido.
Hoy la realidad es otra y han salido azules hasta por debajo de las piedras, haciendo que regresen todos esos aficionados “pausados” que por años criticaron no solo al club y sus jugadores sino que guardaron en un closet el orgullo de ser azul. Hoy podemos ser testigos de miles de jóvenes y niños que vitorean el “Azul, Azul” en todas partes y que han aguantado el bullying y las burlas al por mayor. Hoy hasta los más críticos, los que pisotearon tu bandera y se olvidaron de tus colores, salen orgullosos a mostrarse como campeones. Pero lo más importante, esos que nunca se bajaron del barco, esos que aguantaron por 23 años, esos tienen un lugar especial en esta coronación.
El mérito de Juan Máximo Reynoso no solo fue haberle dado este título al equipo, sino también el haber unido a un equipo, a una afición y a toda una institución por un solo objetivo.
La palabra cruzazulear, ese término peyorativo, se ha reinventado. Y ha dado paso a una idea, a un nuevo concepto para no rendirse ante cualquier tipo de adversidad.
Felicidades a todos los azules de corazón, a los viejos que vieron una dinastía de triunfos y que este campeonato los ha hecho revivir esa dinastía de múltiples triunfos; felicidades a los más jóvenes que nunca habían podido ver a este equipo ganar una nueva estrella al escudo y que hoy presumen en todas partes; a los pausados que ahora regresan con euforia para decir que son los más azules de todos; a los incrédulos porque aun viendo al equipo campeón no se la creen; y a los ajenos porque aún sin ser su equipo festejaron como si lo fuera. Pero principalmente felicidades a la directiva encabezada por Víctor Velázquez, a Álvaro Dávila y Jaime Ordiales, a Juan Reynoso y todo su cuerpo técnico y por supuesto a los jugadores y sus familias que disfrutan las mieles de todo su esfuerzo. Que sigan cruzazuleandola una y otra vez para que demuestren el orgullo de una nueva identidad; la de nunca rendirse
Hasta la próxima…
Por: Alberto Romero Rodríguez
Cuenta; ManchonPenal
@AlbertoRomeroMP