"Nadie se da cuenta, de que algunas personas gastan una energía tremenda, simplemente, para ser normales". Albert Camus.
Y la frase de Camus resulta tan actual, que pareciera profética para los tiempos que corren.
Ya desde 1979, el maestro filósofo francés Jean-Francois Lyotard, en “La condición postmoderna”, analizaba el final de las “grandes narrativas” (políticas y religiosas) que dejaron de ser creíbles y efectivas en la construcción de unidad, conocimiento, propósito en la historia y vida social.
Esta crisis, en mucho, fue derivada del fracaso de las utopías políticas, la falta de confianza en los liderazgos, el cuestionamiento de la teleología y la fragmentación del conocimiento.
Así, posturas y verdades antes universales, hoy sólo son consideradas: contextuales, dando como resultado el surgimiento de los nuevos “pequeños relatos” o “micro narrativas”.
En el libro “La masa enfurecida. Cómo las políticas de identidad llevaron al mundo a la locura”, (booket 2024, editorial Planeta) el periodista y comentarista político de origen británico, Douglas Murray, nos cuenta como la nueva trinidad ideológica, compuesta por la “justicia social”, “la política identitaria grupal” y la “interseccionalidad”, han marcado el cambio político y social de los nuevos tiempos, instaurando una nueva doctrina en la que conceptos como ofensivo, detonante, violento, o inseguro, han convertido el entorno social en un metafórico campo de minas en espera de que alguien las pise.
El fin del individuo y el auge del totalitarismo, son conceptos que a través de cuatro capítulos y 361 páginas ahondarán en la temática de identidades, fundamentos marxistas e impacto de la tecnología.
Una cita interesante contenida en el libro, respecto a las luchas de nunca acabar, es la reflexión que el filósofo político Kenneth Minogue llamó: "El síndrome de san Jorge jubilado, pues luego de haber matado al dragón, el bravo guerrero se pone a recorrer el mundo en busca de batallas que acrecienten aún más su gloria. Necesita más dragones.
Finalmente, agotado de perseguir dragones cada vez más pequeños, un día empieza a dar mandobles al aire, convencido de que está conteniendo a un monstruo".
Somos lo que hemos leído y esta es palabra de lector.