El ex presidente norteamericano Donald Trump, ha anunciado que contenderá en las próximas elecciones presidenciales, lo que ha llenado de júbilo a sus miles de seguidores que no solo se encuentran en el Partido Republicano.
Las condiciones pintan bien para un retorno. Claro está que el fantasma del enjuiciamiento por los alborotos producidos en el Capitolio, y que sus adversarios aseguran que fueron auspiciados por él, puede impedir su candidatura y no solo eso, sino llevarlo a la cárcel y es una sombra de duda.
Sin embargo, frente a ese indudable gran problema político-jurídico que debe enfrentar y solucionar, existen circunstancias que tornan en favorable su eventual candidatura.
Por ejemplo, el problema de la contracción económica de Estados Unidos, que por segundo semestre consecutivo experimenta una caída del PIB que, en los primeros tres meses de este año, cifraba el orden del 1.6% y que la Administración Biden no ha podido revertir.
Pero no solo eso, según los economistas, la tasa de desempleo está aumentando, lo cual puede engendrar problemas sociales importantes; en materia energética, la mezcla estadounidense del crudo bajó 0.86% al cotizar 96.42 dólares por barril, mientras que el Brent cerró con un alza de 0.58, llegando a los 107.24 dólares.
México, uno de sus principales socios comerciales, ha experimentado una apreciación continua en su moneda, y dentro de los mecanismos compensatorios, aunque la Reserva Federal subió las tasas de interés en 0.75% puntos porcentuales por segundo mes consecutivo, no parece ser suficiente como para desanimar a una consideración de que Estados Unidos está al borde de la recesión.
Por si fuera poco, el National Instant Criminal Background Check System (NCIS) del FBI reporta que en lo que va del año 15 millones 495,931 personas se inscribieron para adquirir legalmente un arma en Estados Unidos, lo que refleja la profunda preocupación de los estadounidenses por la inseguridad creciente que ha motivado incidentes de todos conocidos que han producido una creciente alarma.
Como cereza del pastel, las dificultades también increscendo respecto al fenómeno migratorio y que la administración Biden no acierta a resolver, colocan en el aparador de las preferencias del electorado norteamericano como atractiva la presencia de Donald Trump, que preconiza el orden antes que la ley, que busca a como de lugar restringir la penetración de fronteras ante las oleadas interminables de migrantes, y el lema de Make America Great Again, por más desaciertos que haya tenido con su política belicosa, segregatoria, racista y xenofóbica. ¿Quién pondrá orden y hará grande otra vez.
Trump está de vuelta y de no ir a la cárcel y postularse como candidato a las elecciones presidenciales del martes 5 de noviembre de 2024, indudablemente cimbrará las estructuras de la política estadounidense.
Abel Campirano