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La salida de Luis Videgaray no fue una renuncia. El presidente Peña Nieto lo despidió y el ahora ex secretario de Hacienda se convirtió en el chivo expiatorio del escándalo que se generó con la visita de Donald Trump al país. El mandatario prescindió de los servicios de quien había sido su hombre fuerte, porque alguien tenía que haber pagado los costos de la golpiza que le han dado al Presidente por esta invitación que el mismo Videgaray habría sugerido.
Escuchemos a Ricardo Alemán, autor de la columna Itinerario Político.