El escenario base para finales de este año e inicio de 2026 es de total duda, pues si el paquete arancelario mexicano se aprueba parcialmente y Estados Unidos mantiene su presión, 2026 podría verse marcado por mayor proteccionismo selectivo, con efectos heterogéneos por sector y posibilidad de medidas compensatorias, advierten analistas de Skandia.
Indicaron que si las negociaciones del T-MEC logran acuerdos efectivos, el riesgo de tarifas punitivas se reducirá y la economía recuperará confianza; si no, el costo sería material para exportaciones y crecimiento.
Sostuvieron que la estrategia más adecuada apunta a aplicar aranceles de manera selectiva, utilizar salvaguardas temporales respaldadas por análisis de impacto, avanzar en negociaciones dentro del T-MEC para reducir riesgos de medidas adicionales y fortalecer el diálogo diplomático para mantener relaciones comerciales estables y proteger el sector exportador mexicano.
Refirieron que México modificó su enfoque comercial entre 2024 y 2025 al considerar e implementar aranceles dirigidos principalmente a importaciones provenientes de países con los que no mantiene tratados de libre comercio.
Y es que el objetivo del Gobierno mexicano es fortalecer las cadenas productivas, reducir la dependencia de insumos importados y mejorar su posición en futuras negociaciones comerciales. Las industrias más expuestas incluyen autopartes, autos ligeros, electrónicos, plásticos y bienes de consumo como juguetes, textiles y calzado.
“El universo potencial afectado asciende a aproximadamente 52 mil millones de dólares en importaciones sujetas a cambios arancelarios”, indicaron los expertos de Skandia, aunque advirtieron que la recaudación real dependerá de las tasas finales.
Apuntaron que China podría responder mediante consultas comerciales, investigaciones antidumping o acciones administrativas selectivas, más que a través de una guerra arancelaria abierta. Sin embargo, la relación con Estados Unidos representa un riesgo mayor: dado que entre 80-85 por ciento de las exportaciones mexicanas se dirigen a ese país, cualquier aumento en los aranceles estadounidenses tendría un impacto macroeconómico más alto, con potenciales pérdidas de hasta dos puntos porcentuales del PIB de México.
mrg