Aunque la economía mexicana ha resistido los embates de las tensiones políticas y económicas, es crítico mejorar la seguridad y fortalecer el Estado de derecho para reducir el delito y promover la actividad económica, aseguró el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En un documento de Diálogo a Fondo, el FMI señaló que México experimentó el número más alto de homicidios en 2017 y la incidencia del robo también está en alza, y las elevadas actividades delictivas acarrean costos tanto directos como indirectos, debido no sólo a los daños que provocan sino también a la necesidad de costosas medidas de seguridad.
Más importante aún, añadió, es la posibilidad de que las empresas limiten sus actividades y cancelen planes de inversión ante la inseguridad.
El FMI explicó que la pequeña empresa sufre estas consecuencias desproporcionadamente, aunque Petróleos Mexicanos (Pemex) también está lidiando con un aumento constante de perforaciones ilegales de ductos, que representan un costo considerable para sus operaciones.
En este contexto, el organismo internacional indicó que el país continúa enfrentando retos, como la mejora de los niveles de vida mediante la reducción de la pobreza y la desigualdad y la lucha contra el delito y la corrupción.
Para superarlos y para estimular el crecimiento de manera que beneficie a un espectro más amplio de la población, indicó que es necesario centrar las reformas en el aumento de la inversión pública y el gasto social, así como revitalizar la reforma estructural con el énfasis puesto en el fortalecimiento del Estado de derecho, la lucha contra la corrupción y la reducción de la informalidad en el mercado laboral.
GGA
