Negocios

Llamado a proteger valores liberales endemocracia diversa

El Gran Experimento, del académico Yascha Mounk, analiza la viabilidad y la estabilidad de las nuevas sociedades

Los seres humanos, señala Yascha Mounk, son “grupales”. Este es el mayor activo de la humanidad, pero también una fuente de grandes infortunios. A medida que sean más grandes las diferencias percibidas entre los grupos a los que pertenecemos, mayor será la probabilidad de hostilidad entre ellos.

Sin embargo, en las últimas décadas, las democracias de altos ingresos se han vuelto sustancialmente más diversas. ¿Es posible que estas sociedades sean también democracias estables? Esta es la pregunta que aborda Mounk, un escritor sobre populismo y democracia de origen judío-alemán. Ahora vive y trabaja en Estados Unidos y describe lo que llama un “gran experimento”.

El escepticismo sobre la viabilidad o conveniencia de las democracias diversas caracteriza a los extremos tanto de derecha como de izquierda. La derecha argumenta que los descendientes de los “verdaderos” ciudadanos deben conservar el control. La izquierda insiste en que se trata de una guerra entre opresores descendientes pecadores y oprimidos descendientes virtuosos, que debe resolverse con una clara victoria de los segundos sobre los primeros.


Estos pesimismos opuestos son, según Mounk, contraproducentes. El éxito del gran experimento depende de la movilización del apoyo del centro decente. Estos últimos nunca adoptarán una visión irremediablemente negativa del pasado de su país ni un futuro de interminables conflictos entre identidades irreconciliables, pero están dispuestos a ceder y adaptarse con el tiempo.

Su libro El Gran Experimento se divide en respuestas a tres grandes preguntas.

La primera es: ¿cómo se arruinan las sociedades diversas? La respuesta de Mounk es que lo hacen de tres maneras: anarquía, dominación y fragmentación. La anarquía es la ausencia de un gobierno central efectivo, como en Afganistán. La dominación tiene tres formas: la “dura”, donde las mayorías ejercen control sobre las minorías, como en los estados del sur de EU antes de la Guerra Civil; la “blanda”, en la que las minorías son marginadas o privadas de sus derechos, como en esos estados después de la Guerra Civil, y la “dominación de las minorías”, como en Sudáfrica bajo el apartheid.

Por último, la fragmentación, que se ve agravada con frecuencia por sistemas de repartición explícita del poder, como en Líbano o Irlanda del Norte. En estos casos, el reconocimiento político de las identidades de grupo preexistentes refuerza a las élites de grupos depredadores y que buscan el poder, al tiempo que socava la lealtad a la sociedad en su conjunto. Sin embargo, los “empresarios del conflicto” de derecha e izquierda se afanan en promover esa fragmentación, argumenta Mounk.

Su segunda pregunta es: ¿en qué deben convertirse las democracias diversas? Esta sección considera el papel del Estado, el patriotismo, las demandas de uniformidad cultural y la búsqueda de una “vida compartida significativa”.

Mounk argumenta que no solo un Estado fuerte es esencial para una democracia diversa, sino también que “son los individuos, y no los grupos a los que pertenecen, los que son los pilares fundamentales de la sociedad”. Los grupos no tienen una legitimidad comparable: las líneas que pretenden trazar en torno a los individuos son arbitrarias, nada exclusivas y opresivas. La promoción de los derechos de los grupos por encima de los de los individuos es un gran error”.

También defiende el patriotismo cívico y cultural. Una democracia necesita ciudadanos que compartan una identidad común. Sin esto, ¿por qué deben considerar que las elecciones que pierden son legítimas? El patriotismo es la mejor etiqueta que tenemos para esa identidad cívica y cultural.

No es necesario que la ciudadanía se vuelva culturalmente uniforme. Eso también será opresivo, incluso aburrido. Pero tampoco puede ser demasiado diversa: así que, una democracia diversa no debe ser ni un “crisol” ni una “ensaladera”. Las democracias diversas “deben ser bulliciosas, pero pacíficas y heterogéneas sin estar fragmentadas”.

Es peligroso y contraproducente hacer hincapié en la imposibilidad de una vida compartida significativa. En la derecha, esto adopta la forma de insistir en que las culturas mayoritarias deben permanecer inalteradas por el contacto con las de las minorías. En la izquierda, esto adopta la forma de insistir en que las minorías deben convertir sus identidades en fortalezas.

La tercera gran pregunta es: ¿cómo pueden tener éxito las sociedades diversas? La respuesta de Mounk es que debemos construir democracias que atraigan el “apoyo incondicional” de todos sus miembros: “sociedades cuyos residentes se sientan orgullosos de sus logros colectivos”.

Una buena política también puede ayudar. Es necesario desarrollar políticas que favorezcan la prosperidad inclusiva, derrotando el monopolio, financiando la investigación científica y difundiendo la educación. Es necesario crear escaleras hacia el éxito para los más desfavorecidos y restaurar la eficacia de las instituciones políticas.

El argumento de El Gran Experimento es correcto desde el punto de vista moral y práctico. Construir democracias diversas es difícil, pero no existe ninguna alternativa.

El libro tiene limitaciones. Tiene muy poco que decir sobre la economía y casi nada sobre la clase. Sin embargo, es imposible entender lo que ha sucedido si uno no considera el aumento de la desigualdad y el poder de la riqueza y los intereses corporativos organizados.

También hay mucho que admirar, sobre todo la defensa franca y lúcida que realiza el autor de los valores liberales y su condena de los que defienden una política construida sobre las identidades de grupo.

La única base posible para una democracia diversa es la protección de los derechos y las garantías de seguridad para todos los individuos. Esto exige un Estado protector, el estado de derecho, una economía próspera, oportunidades generalizadas, una cultura patriótica y libertades individuales. Estos valores son atacados por todos lados. Si no se defienden, la democracia se va a derrumbar. Mounk ofrece en su libro un llamado a las armas consistente y bien escrito. Su causa es correcta.


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
@The Financial Times Limited 2025. Todos los derechos reservados . La traducción de este texto es responsabilidad de Milenio Diario.

Más notas en: https://www.ft.com