¿Los inversionistas aprenderán a querer a Lula? El mercado de valores registró una caída seguida de una pequeña ganancia, lo que sugiere que la tendencia alcista de los extranjeros se impuso a la inclinación bajista de los locales.
El sentimiento hacia los activos brasileños se encuentra en el filo de la navaja, al igual que el resultado de las elecciones. Luiz Inácio Lula da Silva, el ex obrero metalúrgico de izquierda y dos veces ex presidente, venció a Jair Bolsonaro, el presidente actual de derecha, por apenas 1.8 puntos porcentuales, un poco más de 2 millones de votos de los 118.5 millones escrutados.
Los inversionistas brasileños suelen ser más críticos con Lula que sus homólogos extranjeros. Estos últimos recuerdan sus dos mandatos en 2003-2010 no por el extremismo de izquierda, sino por la prosperidad alimentada por el auge de las materias primas y la formulación de políticas ortodoxas.
Los inversionistas globales también se inclinan por considerar positivas las restricciones a la deforestación de la Amazonia. Éstas son necesarias para que Brasil pueda regresar a la respetabilidad mundial.
Los locales se centran en la compra de votos en el Congreso que empañó los mandatos anteriores de Lula. Les gustaban las políticas a favor del mercado del ministro de economía de Bolsonaro, formado en Chicago, y se sienten más cómodos con el conservadurismo reaccionario de sus políticas sociales.
A ambos grupos de inversionistas les preocupa el despilfarro fiscal, pero hay menos diferencia entre Lula y Bolsonaro en ese aspecto de lo que muchos imaginan.
Lula se inclinaba a ganar las elecciones del domingo. Las encuestas ubican la diferencia en alrededor de 6 puntos porcentuales. Bolsonaro tenía el impulso en el periodo previo y algunos en los mercados locales pensaron que su hombre podía robarlo.
Los inversionistas señalan a Brasil como uno de los preferidos este año. Los bonos del gobierno de países como Colombia, Sudáfrica y Polonia subieron marcadamente hasta alcanzar máximos de 20 años en las últimas semanas. El bono de referencia a 10 años de Brasil está dentro de su rango de los últimos 15 años. Su rendimiento bajó de más de 13.5 por ciento en julio a poco más de 12 por ciento en la actualidad.
La moneda es una de las pocas en el mundo que se apreció frente al dólar, gracias en parte a la temprana y agresiva respuesta del banco central a la inflación. Las altas tasas de interés llevaron a que las acciones sean más baratas. El índice Bovespa opera a poco más de siete veces las ganancias futuras, frente a un promedio de 10 años de alrededor de 11.3 veces.
Los inversionistas extranjeros esperan que se disipe la amenaza de una fea disputa sobre el resultado de las elecciones. Interpretan el margen tan estrecho de la victoria de Lula como una forma de limitar los excesos de izquierda que todavía lo puedan tentar. Ahora debe nombrar pronto a su equipo económico para darles la seguridad que tanto ansían.
