A Ben Chestnut y Dan Kurzius frecuentemente se les pregunta por qué se negaron a tomar capital de riesgo de inversionistas para su compañía de mercadotecnia por correo electrónico, MailChimp. La respuesta se hizo evidente la semana pasada.
El lunes pasado, la compañía de software de impuestos Intuit anunció que adquirirá MailChimp por 12 mil millones de dólares (mdd) en efectivo y acciones, un resultado extraordinario para una startup que nunca había tomado un centavo de los inversores.
La venta efectivamente convirtió a los fundadores en multimillonarios de la noche a la mañana. Debido a que nunca vendieron nada de la compañía a capitalistas de riesgo, sus participaciones en la compañía ascendieron a aproximadamente 5 mil mdd cada uno.
Para los fundadores de la compañía, que tienen su base en Atlanta, el acuerdo fue evidencia de que no necesariamente se necesita capital de riesgo o una dirección de Silicon Valley para producir una enorme empresa de tecnología.
“Como que siento que tenía la cabeza agachada, estaba ajustando cosas, mejorando cosas, y de repente, vi hacia arriba y bam, es una compañía de 12 mil mdd”, dice Ben Chestnut.
Los dos fundadores señalan que tienen como inspiración las pequeñas empresas de sus padres. Chestnut, de 47 años, creció en la ciudad rural de Hephzibah en Georgia, recuerda que barría el pelo en la estética de su madre. Kurzius, de 49 años, un coleccionista de patinetas clásicas que creció en Albuquerque, Nuevo México, habla sobre cómo la panadería de su padre batalló para competir contra cadenas más grandes.
Ellos cruzaron caminos por primera vez en mp3radio.com, una empresa de la era de las puntocom asociada con el conglomerado de medios de Atlanta Cox Enterprises. Chestnut contrató a Kurzius como desarrollador de software después de que se abrió paso pretendiendo en la entrevista, sin tener experiencia previa en programación.
Gregg Lindahl, exdirector de operaciones de mp3radio.com, dice que Chestnut Ben Chestnut y Dan Kurzius, fundadores de MailChimp. destacó por su talento para el diseño. “Tenía las mejores (presentaciones de) PowerPoint del planeta. Estoy bastante seguro de eso”, dice.
Cuando la empresa quebró, Ben Chestnut y Dan Kurzius se lanzaron por su cuenta y comenzaron una agencia de diseño. Comenzaron a trabajar en sitios web para compañías puntocom, hasta que ese trabajo se agotó y las líneas aéreas y las compañías de bienes raíces se convirtieron en sus principales clientes.
Finalmente, el par comenzó a contemplar un giro. Resultó que otra parte de la empresa estuvo creciendo silenciosamente: un servicio de mercadotecnia por correo electrónico llamado MailChimp, que habían ofrecido por una tarifa nominal.
Lo Dice...“Tenía la cabeza agachada, estaba ajustando cosas, mejorando cosas, y de repente, vi hacia arriba y bam, es una compañía de 12 mil mdd”
En 2007, Ben Chestnut y Dan Kurzius decidieron centrar toda su atención en MailChimp. Los inversores comenzaron a interesarse, creyendo que la compañía podría crecer rápidamente vendiendo a grandes empresas, una perspectiva que molestó a los fundadores.
“Se sentía como si fueran más como seres extraterrestres de otra época que trataban de decirme cómo manejar mi negocio”, le dijo Chestnut al fundador y capitalista de riesgo de LinkedIn, Reid Hoffman, en un podcast.
Por esta época, Ben Chestnut menciona que también empezó a pensar sobre si debía vender la empresa; al final descartó la idea.
Después de adoptar un modelo de negocio en el que el producto básico de MailChimp se otorgaba de forma gratuita y se atraía a los usuarios de paga con funciones adicionales, el servicio comenzó a crecer aún más rápido.
Ahora Ben Chestnut dice que comienza a imaginar un futuro más allá de MailChimp. “Me encanta lo que hace, pero no soy yo. Soy un ser humano, sabes”.
Mientras tanto, los fundadores de MailChimp se convirtieron en héroes de la denominada comunidad bootstrapping (los que inician un negocio con poco o sin dinero de inversionistas), que evita los dólares del capital de riesgo en favor de las utilidades y un mayor control sobre sus negocios.
Wade Foster, director ejecutivo de Zapier, una compañía de software que se asoció con MailChimp, dice que le sorprendió que los fundadores tomaran la decisión de vender, pero duda que tenga algo que ver con el dinero. “Probablemente hubo otras razones por las que sintieron que este era un buen resultado para MailChimp y los clientes”.
Debido a que MailChimp no recompensaba a los empleados con opciones de acciones, no pueden beneficiarse con una remuneración de millones de dólares relacionada con las ventas de los grandes grupos de tecnología. El acuerdo incluye un total de 500 mdd en recompensas basadas en acciones, y la compañía ha pagado hasta 25 por ciento de las utilidades anuales en las cuentas de jubilación de los empleados desde 2012.
“Si has estado con nosotros durante 21 años como una compañía privada sin interés en una salida, entonces tiene mucho más sentido compartir las utilidades en tus manos ahora”, dice Chestnut. La empresa también pagará bonos en efectivo a los empleados.
Dado que MailChimp nunca ha tomado dinero de inversionistas, Chestnut dice que nunca ha tenido que producir informes financieros formales. MailChimp generó 800 mdd de ingresos el año pasado, comparables a varias compañías públicas de software con valoraciones de mercado aún más grandes.
“Veía el balance anterior, y después veía el balance de este mes, y quería asegurarme de que este mes fue mejor que el mes pasado”, dice Chestnut.
srgs