Hoy en día, nuestra capacidad para trabajar, comunicarnos y entretenernos depende cada vez más de Internet, y este a su vez, de los centros de datos.
Los millones de servidores de los data centers de todo el mundo generan grandes cantidades de calor al manipular y procesar los datos que usamos en smartphones, computadoras, tabletas y TVs inteligentes, además de que consumen grandes cantidades de energía para mantener operando todos los equipos de cómputo y comunicaciones, así como para enfriarlos.
La Agencia Internacional de Energía de Estados Unidos estima que los centros de datos consumen 90 mil millones de kWh al año, lo que representa entre 1 y 3 por ciento del consumo de electricidad mundial, cifra que crece sin parar, impulsada por la creciente demanda de servicios en la nube, el almacenamiento de datos, el uso de la inteligencia artificial y el procesamiento de información.
Gran parte de la huella de carbono de un centro de datos está directamente relacionada con su consumo de energía y es crucial aprovechar los recursos energéticos para que los centros de datos sean más sostenibles.
“Las estrategias de descarbonización, mediante fuentes alternativas de generación y una distribución inteligente de la energía, son esenciales para lograr dicho objetivo (de sostenibilidad)”, señala Marco Cosío, VP de Smart Infrastructure de Siemens México, Centroamérica y el Caribe.
Uno de los mayores retos en este punto, es optimizar la refrigeración de los espacios en blanco, lo que implica mejorar el flujo de aire, sellar aberturas, y mantener el sistema de ventilación y enfriamiento. Para lograrlo, además de los sistemas mecánicos existen diversas tecnologías, con sistemas automatizados de monitoreo que utilizan IA y aprendizaje automático para gestionar la refrigeración de forma más eficiente.
Con un smartphone en la mano de 97 por ciento de la población mundial, debemos asumir la urgencia de trabajar por hacer cada vez más sostenibles los centros de datos.
JLR