El secretario de Economía federal, Marcelo Ebrard, informó que están a la mitad del camino en la negociación con Estados Unidos respecto a la imposición de aranceles y la procuración de la supervivencia del T-MEC, una tarea en la que México también tiene sus cuestionamientos, exigencias y posibilidad de sacar provecho.
De visita en Nuevo León para inaugurar la Expo Pyme, el funcionario federal recordó que el punto de partida fue la imposición de aranceles del 25 por ciento a todas las exportaciones y actualmente el 84 por ciento de los productos están libres de aranceles, mientras que pelean por una solución en el sector automotriz, cobre y el de aluminio.
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Por ello, consideró que la meta de México es llegar a enero de 2026 con la menor dificultad que se pueda a negociar el tratado comercial.
En este sentido, señaló que las condiciones que impuso el gobierno de Estados Unidos para resolver medidas no arancelarias se basan más en dudas en temas diversos y hasta quejas de empresas, y que México también tiene cuestionamientos que hacer.
Ebrard Casaubon externó la posibilidad de una relocalización geopolítica enorme en corto plazo, en la que México tiene la intención de meterse de lleno a la producción farmacéutica, electrónica y textiles.
Por último, aseguró que cada tema, tanto comercial como de seguridad, tiene su cauce, pues ambas naciones decidieron abordarlo por separado, ya que al inicio hubo tensión por acusaciones vertidas contra nuestro país.
"En el tema de comercio, México ha pedido respeto y cumplimiento a sus paneles. Por ejemplo, ellos han tomado decisiones que afectan a nuestros productores de tomate y en materia de tráfico, ellos lo pueden controlar porque son sus aduanas. En lugar de mandar armas, que no las envíen y eso sería lo mejor", dijo.
El funcionario federal informó que en breve regresará a Estados Unidos para continuar con sinergias efectivas con la industria creativa y de servicios.
mrg
