A pesar de que la inteligencia artificial (IA) avanza a un ritmo acelerado, con mejoras significativas, aumenta la preocupación por una posible burbuja de inversión, advirtió Moody’s.
La calificadora indicó que esto se debe a que los gastos de capital en recursos informáticos e infraestructura superan ampliamente los ingresos generados por las aplicaciones de IA.
Asimismo, señaló que los obstáculos de integración relacionados con las presiones sobre los costos y la fragmentación regulatoria crean un entorno más complejo para la adopción.
Destacó que la demanda de recursos informáticos provocó un aumento en la construcción de centros de datos y en los compromisos de capacidad a largo plazo, mientras que la escasez de chips especializados, las restricciones de la red.
La calificadora indicó que esta consolidación de la cuota de mercado entre un pequeño número de proveedores de servicios en la nube está incrementando los precios y ampliando la brecha de adopción entre las empresas bien capitalizadas y sus pares con costos limitados.
Agregó que la geopolítica, la ciberseguridad y la divergencia regulatoria están ampliando los riesgos de la inteligencia artificial, con la fragmentación geopolítica está redefiniendo el acceso a los chips, los recursos informáticos y la infraestructura de datos, lo que obliga a las multinacionales a operar tecnologías de IA por separado en distintas regiones.
Comentó que una mayor integración de la IA en los flujos de trabajo aumenta la exposición a fallas operativas y ciberataques relacionados con los modelos.
Además indicó que los regímenes regulatorios divergentes, desde la Ley de IA de la Unión Europea hasta el régimen de licencias de China, aumentarán aún más los costos de cumplimiento y complicarán la adopción global.
Agregó que la demanda de recursos informáticos está provocando un aumento en la construcción de centros de datos y en los compromisos de capacidad a largo plazo, mientras que la escasez de chips especializados, las restricciones de la red.