La vigésima sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco se realiza desde este lunes y hasta el sábado 13 de diciembre en Nueva Delhi, India, donde se examinan 67 candidaturas presentadas para su inscripción en sus listas por 79 países, incluido México, que compite con la representación de la Pasión de Cristo en la alcaldía capitalina de Iztapalapa.
Según la propia Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por su sigla en inglés), más que un reconocimiento, estas listas son una poderosa herramienta de preservación de las tradiciones reconocidas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La Convención de la Unesco de 2003 instituyó la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, al que definió –en su artículo 2-- como “las prácticas, las representaciones, las expresiones, los conocimientos, experiencias, así como los instrumentos, los objetos, los productos hechos a mano y los espacios asociados a los mismos que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconocen como parte de su patrimonio cultural”.
Este patrimonio cultural inmaterial, transmitido de generación en generación, es – según la Unesco-- “constantemente recreado por las comunidades y por los grupos en respuesta a su propio ambiente, a su interacción con la naturaleza y a su propia historia y les da un sentido de identidad y de continuidad, promoviendo de esa manera el respeto por las diversidades culturales y la creatividad humana”.
La Convención de 2003 identifica cinco sectores en los cuales se manifiesta el Patrimonio Cultural Inmaterial y que son: las tradiciones y expresiones orales, incluida la lengua; las artes del espectáculo; las costumbres sociales, con eventos y rituales festivos; los conocimientos y las prácticas relacionadas con la naturaleza y el universo y, el artesanado tradicional.
La Unesco estableció dos listas: una genérica representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y otra de aquel patrimonio que requiere de tutela urgente porque se encuentra bajo riesgo de extinción.
Hasta diciembre de 2024 se tenían inscritos en la primera lista 788 elementos de un total de 150 países, mientras el registro de patrimonios que requerían salvaguarda urgente incluía 81 elementos.
China con el mayor Patrimonio Cultural Inmaterial
El pais con mas elementos registrados como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es China, con un total de 44, seguida por Turquía con 32, Francia con 30, España e Irán, cada uno con 26, Azerbayán con 24, Corea del Sur y Japón con 23 por cabeza, Croacia con 22, Italia y Bélgica, con 20 cada uno y Mongolia con 17.
Por su parte, Indonesia, Omán, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Uzbekistán y Vietnam cuentan, cada uno, con 16 elementos inscritos en la lista, mientras Colombia, India, Kirguistán y Marruecos tienen 15 por cabeza; Perù y Kazajstán, 14 y Argelia 13.
México, con 12 elementos en la lista, tiene el mismo número que Austria y Tadyikistán y no cuenta con ninguno inscrito en el inventario de patrimonio que requiere tutela urgente por estar en riesgo de extinción.
En la sesión de esta semana en Nueva Delhi se examinan 54 nominaciones a incluir en la lista genérica de Patrimonio Cultural Inmaterial, entre ellas las de 9 países latinoamericanos: México, Venezuela, Argentina, Bolivia, Chile, Cuba, El Salvador, Haití y Perú, además de Belice
También se analizan otras 11 nominaciones para el registro de patrimonio que necesita salvaguardia urgente y dos más que deben ser transmitidas de una a otra lista.
México, en la lista de la Unesco
México inscribió en 2008 a las fiestas indígenas dedicadas a los muertos como primer elemento en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. Estas celebraciones tienen lugar cada año a finales de octubre y principios de noviembre y se caracterizan por la fusión entre ritos religiosos prehispánicos y fiestas católicas, lo que permite el acercamiento de dos universos.
En 2009 fueron inscritos los lugares de memoria y tradiciones vivas del pueblo de los otomí-chichimecas de Tolimán, asentado en la zona semidesértica del estado de Querétaro.
También en 2009 fue inscrita la ceremonia de los voladores (principalmente totonacas de Veracruz), una danza en la que cuatro jóvenes suben por un mástil de 18 a 40 metros de alto fabricado con un tronco de árbol, mientras un quinto hombre, sentado en la plataforma que remata el mástil, toca con una flauta y un tambor melodías en honor del sol y de los cuatro vientos, después de los cual los danzantes se lanzan al vacío desde la plataforma a la que están atados por cuerdas y giran imitando el vuelo de los pájaros.
En 2010 México inscribió a los parachicos en la fiesta tradicional de enero de Chiapa de Corzo en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Esa celebración, dedicada a Nuestro Señor de Esquipulas y a dos santos del catolicismo, San Antonio Abad y San Sebastián, tiene lugar del 4 al 23 de enero en esa localidad del estado de Chiapas.
El quinto elemento incluido por México, inscrito también en 2010, es la pirekua, canto tradicional de los p'urhépechas (purépechas) del estado de Michoacán que mezcla influencias africanas, europeas y amerindias.
Ese mismo año la cocina tradicional mexicana fue incluida en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Concebida como un elemento fundamental de la cultura del pueblo mexicano, en 2011 la música de Mariachi fue incluida en la lista de la Unesco, mientras que el octavo elemento de México inscrito en 2012 es el Centro de las Artes Indígenas del pueblo totonaca de Veracruz, que fue proyectado como una institución educativa destinada a transmitir las enseñanzas, valores, arte y cultura de los totonacas.
En 2016 la charrería, tradición ecuestre, fue inscrita como noveno elemento de México en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y el décimo fue la romería de Zapopan, inscrita en 2018. Se trata de una tradición cultural y religiosa cuyo origen se remonta a 1734 y que se celebra el 12 de octubre de cada año en honor de la Virgen de Zapopan.
En 2019 fueron inscritos los procesos artesanales para la elaboración de la talavera de Puebla y Tlaxcala, mientras que el doceavo elemento de México registrado en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es el bolero, compartido con Cuba, incluido en 2023 y considerado un elemento indispensable de la canción sentimental de América Latina.
Cristo en Iztapalapa
La postulación de La Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa para ser considerada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad fue formalizada el pasado 17 de noviembre y esta semana el comité de la Unesco evaluará su valor comunitario, su transmisión intergeneracional, así como las medidas de salvaguardia que garanticen su continuidad.
En el expediente presentado por México se establece que la celebración tiene lugar cada Semana Santa en los ocho barrios originarios de Iztapalapa: San Lucas, San Pedro, San Miguel, San Pablo, San Ignacio, San José, La Asunción y Santa Bárbara, ubicados en el centro de la demarcación territorial Iztapalapa, en la Ciudad de México. Así como el Predio de la Pasión y Museo Fuego Nuevo en el Cerro de la Estrella y avenida Ermita Alta.
La tradición comenzó en 1833 en cumplimiento de una promesa hecha por los vecinos al Señor de la Cuevita, al que pidieron poner fin a una epidemia del cólera que azotó a la Cuenca de México.
Al parar la epidemia, los iztapalapenses prometieron celebrar una procesión año con año, como agradecimiento.
Diez años después, en 1843, inspirada en el teatro evangelizador, se dio inició a la Representación, con el mismo propósito de agradecer el milagro, al tiempo que se rescataba la memoria histórica y cultural de las enseñanzas de los evangelizadores, enmarcadas en el culto católico.
Desde entonces, según el expediente mexicano, ha presentado diversas transformaciones y se ha convertido en una expresión cultural de religiosidad popular local que aporta un sentido de pertenencia e identidad común a toda la población de los Ocho Barrios centrales de Iztapalapa.
Actualmente la celebración religiosa convoca cada año a un estimado de dos millones de personas, con lo que se convierte en una de las más numerosas del mundo, se extiende más allá del periodo que va del Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección y se desarrolla en diferentes etapas.
SNGZ