El gobierno de Estados Unidos continuó ayer “con éxito” sus ataques selectivos contra posiciones del grupo yijadista ultrarradical Estado Islámico (EI), en el norte de Irak, con una quinta serie de bombardeos, esta vez en las cercanías de Erbil, capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí (noreste), donde Washington evacuó parte del personal de su consulado.
El Comando Central de Estados Unidos (Centcom), encargado de Oriento Medio, informó que estos ataques destruyeron una posición de mortero y varios vehículos armados, uno de los cuales disparaba contra las fuerzas kurdas en los accesos a Erbil.
El Pentágono, que subrayó el “éxito” de las operaciones, realizó los ataques con una combinación de aviones de combate y no tripulados (drones), a fin de “defender a las fuerzas kurdas” en Erbil, donde además hay ciudadanos de EU.
El presidente de EU, Barack Obama, autorizó las operaciones el jueves e insistió en que, pese al éxito de los ataques selectivos, les compete a las autoridades iraquíes hacerse cargo de la situación y buscar una solución.
Las críticas contra la postura de Obama sobre la crisis iraquí, incrementadas por el hecho de que el presidente no haya suspendido sus vacaciones pese a los numerosos frentes abiertos en materia exterior, también llegaron desde voces más afines, como la de su secretaria de Estado, Hillary Clinton, en virtual campaña para las elecciones de 2016.
En entrevista publicada ayer por la revista The Atlantic, Clinton rompió por primera vez con las políticas de Obama y dijo que debió ayudar antes a los rebeldes sirios para contener al EI, que ahora ataca Irak.
“El hecho de no hacer eso dejó un gran vacío, que los yijadistas ahora han llenado”, afirmó la también ex primera dama.
En tanto, policía, ejército y unidades antiterroristas iraquíes fueron desplegadas ayer en zonas estratégicas de Bagdad, en especial en torno de la Zona Verde, un barrio ultraprotegido donde están las instituciones clave del país y las embajadas.
El despliegue inició hora y media antes de que el primer ministro, Nuri al Maliki, representante de la mayoría chiita, anunciara su intención de querellarse contra el recién elegido presidente, Fuad Masum, por violar supuestamente la Constitución.
La máxima autoridad religiosa chiita de Irak, Alí Sistani, reclamó el viernes a Maliki que “no se aferre al cargo”, como también lo hicieron representantes sunitas y kurdos. El parlamento aplazó ayer una nueva sesión para elegir al sustituto de Maliki, que se niega a dimitir.