Internacional

La principal amenaza de EU es su propia fragmentación política

Muchos analistas coinciden en que el modelo de democracia americano está, de hecho, en declive desde los años noventa.

La conmemoración del ataque al Capitolio por un grupo de extremistas azuzados por el entonces presidente Donald Trump para protestar por un supuesto fraude electoral el 6 de enero de 2021 ha llenado las páginas de los principales medios de Estados Unidos y el mundo con una cascada de notas oscuras y pesimistas.

La página editorial de Le Monde, de Francia, advierte que la democracia estadunidense está enviando señales inquietantes y llama a una toma de conciencia nacional

Cynthia Miller Idris, directora del Laboratorio Innovativo sobre Polarización e Investigación sobre Extremismo, publicó en The New York Times que la principal amenaza a los Estados Unidos está en su propia fragmentación política, y no en los ataques extremistas, como los de septiembre de 2001. 


Foto: Reuters 

Cas Mudde, otra especialista estadunidense en la extrema derecha, advierte en The Guardian, de Reino Unido, que al contrario de lo que se podría esperar, desde el ataque al Capitolio el Partido Republicano ha ido incorporando cada vez más personas que apoyan fervientemente al presidente Trump, remplazando a otros republicanos que lo hacían más bien de manera estratégica.

Donald Trump declinó dar un discurso el día de hoy. Todos los ojos estarán atentos sobre el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris; veremos cómo establecen una narrativa sobre este grave episodio y, en general, sobre el vigor de la democracia en su país.

Es un buen momento para recordar lo que está en juego: Muchos analistas coinciden en que el modelo de democracia americano está, de hecho, en declive desde los años noventa. Por un lado, hay una creciente fragmentación entre republicanos y demócratas que ha conducido en más de una ocasión a un atolladero político disfuncional; por otro, están las evidencias del poder del dinero sobre la política, además de un sistema electoral anticuado, que parece favorecer a los republicanos (hay que recordar que a pesar de que Hillary Clinton obtuvo casi 3 millones de votos más que Trump, el sistema electoral benefició al republicano).

Durante su periodo de cuatro años, el presidente Donald Trump se encargó de erosionar aún más las instituciones: atacó a la prensa, puso en duda la probidad de varias instituciones de gobierno, manifestó su admiración por dictadores extranjeros, cambió los términos de la política exterior y usó la presidencia para fines personales, hasta que el 6 de enero de 2021 dio un paso más adelante. Incitó a sus seguidores para que detuvieran un fraude electoral sin fundamentos, y éstos se mostraron dispuestos a usar la violencia para anular su derrota.

Al principio, parecía que el apoyo republicano hacia Trump disminuía. El 13 de enero de 2021, el día que se llevaba a cabo el juicio político promovido por los demócratas, el líder republicano en el Congreso, Kevin McCarthy, declaró que el presidente tenía la responsabilidad del ataque al Congreso, pero esta fisura en el partido fue restañada pronto.

En octubre de ese mismo año, el propio ex vicepresidente Mike Pence denunció que todo el interés que los medios ponían al ataque al Congreso era una forma de desviar la atención de la fallida administración demócrata. De acuerdo con un reporte del Pew Center, a partir del cuatro cuatrimestre del año había ya claras diferencias de opinión partidista sobre la severidad de los castigos a los culpables del ataque y sobre la imparcialidad del comité del Congreso encargado de la investigación.


Foto: Reuters

Las elecciones en Estados Unidos del próximo noviembre de este año no auguran una buen resultado para los demócratas. Históricamente, al partido del presidente le va mal en las elecciones de medio periodo. Se espera además que Trump sea un factor decisivo que influya en las candidaturas republicanas. El manejo del presidente Biden del covid-19, la inflación, las cadenas de suministro el mercado laboral y la migración serán también claves. En cualquier caso, se prevé todo menos moderación.

Y todo esto sería menos amenazante si no estuviera enmarcado por un clima internacional de desprestigio de la democracia. En un extraordinario ensayo sobre este tema publicado hace unos días en The New York Times, el filósofo Francis Fukuyama cita el Freedom of the World Report, de Freedom House del 2021, según el cual la democracia en el mundo ha estado en declive en los últimos 15 años


Foto: Reuters 

De acuerdo con el mismo reporte, Estados Unidos e India, dos de las más grandes democracias en el mundo, son los países donde se han experimentado mayores retrocesos. La democracia global, dice Fukuyuama, depende crucialmente de Estados Unidos, pero ahora su credibilidad está completamente minada. Los enemigos de Estados Unidos, China y Rusia, ven la decadencia estadunidense como una oportunidad inestimable para avanzar sus intereses en otras partes del mundo.

“La gran debilidad estadunidense está ahora en su división interna”, concluye Fukuyama.

Por eso, todos los ojos del mundo miran con mucha atención la conmemoración del ataque al Congreso del 6 de enero del 2021, pero a pesar del esfuerzo que haga hoy el presidente Biden para condenar el asalto, no parece que Estados Unidos vaya encontrar su centro pronto. Es una mala noticia para lo que creen en sociedades libres, abiertas y tolerantes.

JLMR

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Guillermo Osorno
  • Guillermo Osorno
  • Guillermo Osorno es escritor y periodista. Es autor del libro Tengo que morir todas las noches. Hoy conduce el programa Por si las moscas que se transmite en Canal 22.
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